Casa de Pedro San Germés, en Avellaneda y Buenos Aires Cómo fue que los santiagueños bautizaron un lugar céntrico y después hallaron la excusa para colocarle estatuas No es que se pusieron las estatuas de las gracias en la placita de Avellaneda y Buenos Aires y después la gente la empezó a llamar la plazoleta de Las Chismosas, sino que primero se juntaban ahí las chismosas del vecindario y luego la comuna buscó la manera de homenajearlas. Al tiempo, el ánimo fundacional de los políticos bautizó a la placita como “Antonio Castiglione” pero, por más que el nombre figure grande y a la vista, seguirá siendo la placita de las Chismosas como apelativo popular o, digamos, como un secreto compartido por todos. Mi abuela, nacida en 1909, se casó joven con mi abuelo, de soltera vivía a media cuadra, sobre la Avellaneda, en una casa que ahora es una playa de estacionamiento y me contó la historia, si quiere oírla ahí va. Recuerda que las mujeres de Santiago se alborotaron cuando llegaron a la c
Cuaderno de notas de Santiago del Estero