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Mostrando las entradas etiquetadas como Cita

URBANIDAD Ah, la puntualidad

Un gesto para agradecer Consejos para el hombre moderno: por qué no se debe llegar tarde a una cita y cómo debe llevarla adelante para su buen fin Ah, la puntualidad. Ser puntual es la mejor manera de demostrar respeto al prójimo. Calcular lo que se demorará para llegar a tiempo y estar en el lugar que se acordó a la hora exacta de la cita, demuestra cortesía, educación y, sobre todo, un acatamiento a la primera ley de la urbanidad, que es cumplir con la palabra. Si el otro es un linyera, el Presidente de la Nación, un cliente, el último empleado de su empresa, un proveedor, no importa, nadie merece que lo hagan perder el tiempo. Para ser puntual debe tener en cuenta de manera fundamental, cuánto se demora en ir desde donde está hasta el lugar de la cita. A buen paso, calcule que echará un poco más de dos minutos por cuadra, alcanza, pongalé tres minutos por si debe detenerse en un semáforo o cruzarse de vereda para evitar una obra en construcción o algo. Si debe bañarse y vestirse,

CUENTO Mi mamá sabía

Pueblo santiagueño Después de citarse con una chica en la plaza del pueblo, preparamos a Julián para el gran acontecimiento: nada iba a salir mal Mi mamá sabía, fue la única que dijo que no le parecía buena idea. “Tendrían que haber empezado de a poco”, dijo cuando se enteró. Ella pensaba más que nada en la chica y nosotros, por supuesto, en Julián, queríamos hacerlo debutar a como diera lugar, ya era grande, veintipico tenía, y nunca había probado mujer, aunque él dijera que sí, no le creíamos, por supuesto. Martín le regaló una camisa verde, Eufemiano le prestó un pantalón y le lustró los zapatos y el resto de los amigos y los primos le conseguimos un cinto negro, haciendo juego con los zapatos, medias y un pañuelo blanco para que lleve en el bolsillo de atrás del pantalón. Hicimos una vaquita para darle algo de plata. Y lo fundamental, logramos que se bañara. “Cualquier cosa, si el asunto va bien, enfilas para el lado de la Audelina, le pagas una pieza y después ya sabes”, le dijimo