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Mostrando las entradas etiquetadas como Contramano

INSTRUCCIONES Andar de contramano

La Plata y Libertad Cómo hacer para ignorar las señales del tránsito que indican el sentido de circulación, la actitud del volantazo repentino Para andar de contramano por las calles de Santiago, sólo es necesario tener —parafraseando al poeta Jorge Eduardo Rosenberg— un temerario corazón. No es preciso andar apurado ni querer ahorrar nafta, nada de eso interesa al motoquero que se lanza como un bólido por la Roca, la Avellaneda o la Salta, despreciando su vida y la del prójimo. Como primera medida, provéase de un vehículo, motocicleta o automóvil y lárguese a hacerlo, es una sensación fantástica, todo el mundo lo mirará asombrado y usted irá con el pecho hinchado porque, oiga, no cualquiera se manda esa hazaña. No olvide llevar su cara de enojado, mejor dicho, indignado a punto de insulto para pegar una puteada de Padre y Señor Nuestro a quien ose cuestionarlo. Es su derecho, qué tanto, las calles se han hecho para circular y si hay un hueco entre los autos que vienen de allá y los qu

TRÁNSITO Los cadetes se mandan de contramano sin mirar

Tiene prioridad pero debe cruzar corriendo El simple acto de cruzar la calle se ha convertido en un ejercicio casi imposible, con suicidas buscando la muerte Que transitar en auto, en algunas ciudades es particularmente peligroso ya no es ninguna novedad. No pasar los semáforos en rojo, no estacionar ni detener el auto sobre la senda peatonal, doblar a la izquierda en cualquier avenida, tocar la bocina por cualquier cosa, estacionar en doble fila, aunque se pongan las balizas, estacionar sobre la vereda son infracciones tan comunes que de tan repetidas ya no llaman la atención, están naturalizadas. Lo que sí es sugestivo es cierta compulsión al suicidio que exhiben, sin pudor, algunos motociclistas, sobre todos los de las cadeterías. Una conducta que se observa con frecuencia en los últimos tiempos es el motoquero que da vuelta en la esquina, a toda velocidad, de contramano, ¡mirando para el otro lado! Es decir, no solamente juegan su vida y la de algún peatón poco atento, sino que se