Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Llanto

HOY Día de los Santos Inocentes

Fue una masacre Mucha gente hacía aquel trayecto de a pie, en aquel entonces, pero pocos iban perseguidos por un rey sanguinario “Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ´Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarle´. Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: ´De Egipto llamé a mi hijo´. “Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: ´Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen´.” (M

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS Del 24 de marzo

Mientras estaba en el poder Por qué la emoción cuando llegaron los militares y hasta cuándo duró la ilusión Como muchos otros argentinos de a pie, mi padre, a quien siempre llamé tata, se emocionó hasta el llanto, la madrugada del 24 de marzo de 1976, mientras oía por la radio los comunicados que hacían leer los militares en todo el país. Escribo “muchos otros” y se me vienen a la memoria cientos o miles a quienes les pasó lo mismo. Con una diferencia, mi padre se desilusionó sólo unos días después, el 2 de abril de 1976, al anunciarse que el gobierno había nombrado ministro de Economía, a José Alfredo Martínez de Hoz. “La Argentina necesitaba una revolución y estos vienen a hacer un golpe”, se quejaba. Durante mucho tiempo no entendí por qué la gente cambiaba de idea y de camiseta tan fácilmente. Como Ernesto Sábato, que pasó de ser admirador de los militares y a manifestarlo públicamente y luego ser uno de quienes ayudó a sentarlos en el banquillo de los acusados, sin arrepentirse en