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Mostrando las entradas etiquetadas como Legalización

DEPORTE Para entender las riñas de gallos

Cuadro antiguo En esta nota, 20 puntos para darse una idea acerca de la apasionante actividad de quienes aman a los animales 1 En noviembre de 1996 fueron autorizadas las riñas de gallos en Santiago del Estero, con una ley que lleva el número 5574 , para quienes quieran constatarlo. La norma terminó con años de persecución a humildes galleros y legalizó oficialmente como deporte, una actividad que, en sí misma lleva una cuota de sano esparcimiento para hombres y mujeres en la campaña y en las ciudades. 2 En su artículo 2, la ley expresa: “Será autoridad de aplicación de la presente Ley la Dirección de Deportes de la Provincia la que; por intermedio de sus dependencias; concederá los permisos pertinentes para la realización de tales eventos”. Es decir no se deja librada la actividad al arbitrio de los propietarios de los animales sino que una dependencia seria del gobierno es la encargada de otorgar los permisos. 3 Pero, además, la sanción de esta ley trae beneficios económicos directos

GALLINAS Cría de pavonas para calmar el hambre

Reñidero frente al barrio Misky Mayu, en La Banda “Así como hay unos cuantos poderosos dueños de criaderos, algunos muy famosos y renombrados, se cuentan por miles quienes crían uno o dos en sus casas” Como le digo una cosa, le digo otra. En esta misma página he dicho varias veces que estoy de acuerdo con la legalización de las riñas de gallos en las provincias que todavía no tomaron esta determinación, principalmente porque se trata de una actividad tan extendida, que prohibirla podría ser más peligroso, pues surgiría una mafia para ampararla. Y también por el incomparable amor que sienten y demuestran los galleros hacia sus animales, el celo que muestran en su cuidado y las incomodidades a que se someten a veces para criarlos. Las soluciones a los grandes problemas no suelen ser soluciones igualmente extraordinarias sino, por ahí, pequeños pasos para obtener un recurso que empiece favoreciendo, en primer lugar, a unos pocos. Los grandes planes empiezan con pequeños pasos, enderezando