Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Merca

FÁBULA El alacrán, la rana y usted

El escorpión y la rana A veces basta con pensar de una manera algo chinguiada una vieja y conocida historia, para extraer conclusiones distintas Alacrán es mi nombre árabe, escorpión es griego. Soy el mismo y soy dos. Conocido por la vez que le pedí a la rana que me ayudara a cruzar el arroyo y luego se hizo una fábula muy conocida que me dejó muy mal parado para siempre, como alguien sin entrañas, malvado hasta la estupidez, diabólico y maldito. No dicen lo mismo de mis primas, la arañas, pues ambos somos arácnidos, a quienes todos tienen por simpáticas tejedoras, admirables y siempre laboriosas. Ellas hacen del engaño una forma de vida, de la trampa una virtud, del fraude una acción moral y son tenidas por buena gente, o al menos como mejores que nosotros. Nosotros nos presentamos tal cual somos, mostramos nuestras pinzas al mundo, somos soldados y andamos armados, somos crueles y feroces, no podemos vencer nuestra propia naturaleza, ellas en cambio son modelos de fotografía artístic

MERCA Inutilidad de la policía

Con la merca Cómo hacer para detener el mundial azote de las drogas: lo que se hace es nada, comparado con lo que se necesita Según dicen, la Argentina tiene una policía que decirle ineficiente es alabarla. Tal vez sea así. O no. Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa en general tienen las mejores del mundo. Puede que sea verdad. Puede que no. En Sudamérica se produce cocaína, una de las drogas ilegales más requeridas por la gente de los países centrales. Pero las policías de allá y la de aquí, justamente en este asunto, son ineficientes. O se hacen. Al no ser un bien de consumo esencial, la demanda es la que ordena el mercado. Es decir, son los consumidores de aquellos países los que mandan qué, cuánto y de qué calidad quieren la merca. Son también quienes descuajeringan a gran parte de la sociedad de estos países, de Méjico a Tierra del Fuego. Al parecer es un mercado que, lejos de amedrentarse por la mala propaganda de las drogas ilegales o tener piedad por los muertos que cau

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS Del 14 de noviembre

Imagen ilustrativa En el 2019 una avioneta pasa por Nueva Esperanza volando bajo lo que despierta sospechas sobre su cargamento El 14 de noviembre del 2019 a la madrugada una avioneta pasó por Nueva Esperanza, departamento Pellegrini, en un vuelo que los vecinos dijeron que era “sospechoso”. Calculaban que estaba buscando un lugar para aterrizar o bombardear drogas ilegales. Cerca de las 2 y media de la madrugada algunos vecinos estaban despiertos tomando fresco luego de un caluroso día. Otros dormían a esa hora y muchos se sobresaltaron ante el ruido de los motores de una pequeña aeronave que sobrevolaba el pueblo casi rozando la copa de los árboles, viniendo desde el norte. El aparato siguió bajando mientras avanzaba sobre la ruta 176, siempre hacia el sur. En Quebrada Esquina, a 15 kilómetros de Villa Nueva Esperanza, advirtieron que la avioneta blanca y con luces encendidas sobrevolaba a pocos metros del piso. Fue el tema de conversación de mucha gente y se descartó de inmediato qu

HISTORIA DE VIDA La verdad verdadera del Hombre de la Bolsa

A modo de ilustración nomás “En una pelea con cuchillas, el otro me erró de matar, y quedó mi ojo izquierdo a la orilla de un boliche mugroso” Ya andaba hombreando bolsas mucho antes de que las madres me mentaran para asustar a sus hijos cuando no querían tomar la sopa. Soy nacido y criado en el barrio El Triángulo, fui a la escuela hasta segundo grado nomás, después tuve que ir al Mercado de Abasto a rebuscármelas, porque era eso o pasar hambre, en casa, según decían, no había para darme de comer. Mi tío me dijo que, si sabía firmar, no había para qué seguir yendo a la escuela. Le dije que sabía, me entregó un papel y me exigió: “A ver, firme ahí, sobrino”. Y firmé, bien clarito: “Luis Miguel Sandoval”. Decidió que al día siguiente lo tenía que acompañar al mercado. La miré a mi mamá que, a su vez me devolvió la mirada con un rostro que no decía nada. Al día siguiente me levantaron bien tempranito. Sin lavarme la cara, mi tío me llevó al mercado, era un hervidero de gente moviéndose