Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Cielo

ALGODÓN Probablemente nublado

Barquito de papel de diarios Qué anuncia el pronóstico del tiempo y qué se debe esperar que digan los del Servicio Meteorológico Dice el pronóstico que hoy estará mayormente nublado, sin probabilidad de lluvias. Los vientos volarán a una velocidad que irá entre 7 y 22 kilómetros por hora, llegando del noreste, como casi todos los días de la vida. Y uno se queda pensando en ese idioma un tanto vago, impreciso, para anunciar —algoritmo mediante —algo tan simple como: “No sabemos si estará nublado o no, pero muy probablemente sí, como casi siempre, porque algún copo de algodón pasará por el cielo”. Tampoco se jugarán para decir: “No espere lluvia, guarde ese paraguas, deje las galochas para otro día”. Y no se ilusione con que avisen que a la mañana hará calorcito “ma non troppo”, con un leve “in crescendo” hacia la tarde o noche, luego volviendo a un “andantino mosso” a la hora en que empiezan a tallar los grillos. La exactitud no es el fuerte de los amigos que dan el pronóstico del tiemp

CUENTO Navarré

Orilla del río Dulce, amanece Aquí se hallarán narradas en primera persona, las idas y vueltas del pobre corazón de un hombre que anduvo dando bandazos en la vida De chicos y hasta bien entrada la alta juventud, creíamos que Oscarcito Navarrete, Navarré para los amigos, tenía ganado el Cielo o, al menos había alambrado una parcela, suponíamos. No por nada puntual, digamos, sino por todo en general: era buen chango, excelente hijo, siempre dispuesto a hacer favores a los demás sin sacarse la sonrisa de la cara. De todos los que habíamos sido muy de la parroquia del barrio, era el único que a los veintipico no faltaba a misa de los domingos a la mañana y seguía siendo monaguillo. Compuestito, al lado del cura, algunas veces hasta creí verle un resplandor rodeándole la cabeza, como una aureola o tal vez fuera un reflejo de las velas, quién sabe. Vivía con la madre, una viuda de la que nunca nadie tuvo para decir ni esto. La vieja estaba en uno o varios grupos de oración de la Acción Catól

HAGIOGRAFÍA San Abundio

Hornachuelos, en Córdoba, España Los santos y mártires del catolicismo no son los boluditos que pueblan los altares de los templos, sino gente que enfrentaba a los paganos con alegría y fe Mal anda el mundo desde que dejó de intentar un parecido con los santos cristianos, según decía un libro de hagiografías que mi abuela tenía en su mesa de luz para leer todas las noches, antes de dormirse. No vaya a creer que mi abuela Estela era de las beatitas de misa diaria, mantilla y misal. Como casi todas las de mi familia, fue mujer fuerte, buena, y de armas llevar, si era necesario, como que, en el campo, muchas veces durmió con el Orbea 32 bajo la almohada, con el que mi abuelo le había hecho practicar puntería contra una latita clavada en un palo borracho. Qué le quiero marcar con esto, dos puntos, que quienes leen la vida de los santos e intentan parecerse a ellos, no son los mojigatos que la gente imagina, sino gente con los pies en la tierra y la vista en el Cielo. Porque los santos, ade

CABALLOS El moro del tío

Yeguada del saladillo, foto de ilustración “Muchos años he vuelto y revuelto a esos tiempos, ya sea soñando despierto o con los ojos cerrados, en medio de la alta noche” El Petiso Viejo estaba en la escala más baja de los muy buenos caballos maceta que supo tener mi abuelo en el campo. En ese cansado y viejo flete todos habíamos aprendido a montar de muy chicos. De ahí habíamos pasado al Lucero, un oscuro con una estrella en el medio de la frente o al Petiso Nuevo, al que también llamábamos Zainito, que eran un poco superiores al primer grado inferior que significaba el Petiso Viejo. Cada año, al volver a pasar las vacaciones en el campo, mi abuelo nos aguardaba con la sorpresa de un nuevo caballo en el que jugaríamos nuestras habituales correrías de niños. Como si hubiera sabido, decía: “Juan es grande para el Petiso Nuevo, este año tiene que andar en el Potrillo”. Y uno se sentía feliz por el ascenso, porque montar en el Potrillo era lo mismo que militar en las ligas superiores. En l

RELATO La lluvia y el centro del universo

Chicos en el Bobadal, chimpando charcos Llevaba anotada por mi madre la calle “Llanlloré”, número tal, la anduve buscando un rato largo en un mapita turístico Era marzo o abril, y se largó el agua como nunca en la vida lo había hecho y nunca más lo haría desde entonces. El cielo llovió todo lo que debía de años anteriores y entregó un adelanto al contado, por las dudas. Nos acostábamos, nos levantábamos, nos volvíamos a acostar y de nuevo amanecíamos con la tormenta. No paró ni un solo minuto, no dio respiro, tregua ni cuartel. Diga que la casa era fuerte, no tenía goteras y quedaban muchos libros que no habíamos leído en la ecléctica biblioteca que se había formado, capa tras capa, como una excavación arqueológica, con los que llevaban tíos, abuelos, primos y nuestros padres, para pasar las largas noches del invierno santiagueño. De Corín Tellado a Franz Kafka, de Jorge Wáshington Ábalos a Benito Lynch, pasando por decenas de novelas policiales de ciencia ficción, textos de historia

¿RELIGIÓN? Pecados que claman al Cielo

Trabajador informal “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero” Dicen los que saben teología, que de todos los pecados hay cuatro que claman al Cielo y que serán pagados en esta vida por quienes los cometen: el homicidio voluntario, el pecado impuro contra el orden de la naturaleza, la opresión del pobre y la defraudación o retención injusta del jornal, del trabajador. El homicidio voluntario clama al Cielo desde Abel, es la muerte de otra persona motivada por la envidia. El segundo es la sodomía o pecado de inversión sexual que se opone directamente a la propagación de la especie. El tercero, la opresión del pobre se da cuando se abusa de la condición de pobre e impotente de quienes no tienen cómo defenderse y en la actualidad argentina podrían ser los jubilados. El último es la injusticia contra el asalariado, ya sea retrasándole el pago, disminuyéndolo o despidiéndolo sin causa. Vamos a ocuparnos aquí solamente del último de los

LLUVIA Qué hacer con el cielo indeciso

Un pato alza vuelo en la vieja represa “A los amores que tuve solía dejarles la puerta abierta, por si en algún momento se querían mandar a mudar para siempre” Esa tarde el cielo andaba indeciso. Todo estaba tranquilo, ¿no?, pero había en el aire quieto y sin una gota de viento, como un ansia de caminos y de otros soles brillando en el horizonte. Se notaba una inmóvil tranquilidad como la que suele darse en la campaña. Nunca he sido de quedarme estático, menos cuando estaba en el pago, ahí el tiempo duraba un segundo, los días pasaban en cámara rápida y la nostalgia anticipada de una época que no volvería nunca más, me ponía el alma chuya. Pero esa vez que le digo, el ánimo pedía sosiego y afloraban pensamientos que venían pidiendo pista desde siempre. Despacito rumbeé para la cocina, espabilé los tizones y puse el agua para unos mates. A lo lejos ladraban los perros de un vecino, las cañas huecas entregaban esos ruidos que sólo ellas saben hacer cuando se van acomodando en su crecimie

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS II Del 8 de abril

El monumento del parque Aguirre En 1987, el Papa Juan Pablo II pasó por el cielo santiagueño rumbo a Tucumán y Salta El 8 de abril de 1987, el Papa Juan Pablo II, pasó por el cielo de  Santiago del Estero  y  visitó San Miguel de Tucumán. El avión que lo llevaba a Salta se detuvo en la provincia de los ñañitas, el tiempo necesario para que oficiara una misa multitudinaria con su respectivo sermón.  Luego de saludar a cientos de miles de tucumanos que se habían reunido en el aeropuerto Benjamín Matienzo, se trepó de nuevo al avión, que levantó vuelo rumbo al norte. Muchos santiagueños fueron a Tucumán ese día, pero fueron muchísimos más  los católicos de esta provincia que se quedaron con las ganas de que visitara la Madre de Ciudades, la ciudad más antigua fundada por los españoles en lo que hoy es la Argentina. Hubo, sin embargo, un detalle, el avión pasó por el cielo de Santiago y es posible que el Papa haya visto algo de la provincia, desde allá arriba. En vez de ofenderse y decir:

FACEBOOK 12 acciones para no hacer (ni muerto)

Los mejicanos celebran a lo grande el día de los muertos Cuando uno se vuelve fiambre le mandan besos al Cielo, como si al otro le importara 1 El tío no creía en Dios, los sobrinos tampoco creen. Pero se muere y le mandan “besos al Cielo”. Loco, si Dios no existe, el Cielo tampoco y la otra vida menos. Dejensén de joder con tilinguerías. 2 El pésame es una antigua institución seguida en todo el mundo, creo. Se muere alguien y uno va, le dice al familiar del fiambre: “Lo siento mucho”, lo abraza, lo acompaña hasta que viene otro a reemplazarlo con el pariente, y listo. ¿Vale el pésame por Facebook? Y no creo, amigo. Es frío, impersonal. Muy cómodo, vas en el colectivo, le escribes en tu telefonito al pariente y listo. Andá a tu casa, vestite y vete al velorio, no te van a comer. 3 Fallece alguien y a los dos minutos están dando la noticia en las redes. En serio, che, esperen que se enfríe el cuerpo siquiera. Respiren un poquito, tómense su tiempo, reflexionen sobre la vida, la muerte,

OPINIÓN Fin del mundo

A punto de extinción Acaba de aparecer el asteroide nuestro de todos los años y otra vez fallará Otra vez sopa. Un asteroide pasará más o menos cerca de la Tierra el 18 de enero. Ahá, pero, ¿cuánto de cerca? A unos 2 millones de kilómetros, como cinco veces la distancia que hay entre la Tierra y la Luna. ¿Qué tamaño tierne?, dos veces el edificio del Empire State. ¿Podría partirnos en pedazos? No, pero si nos llega a dar, acabaría con toda la vida en la Tierra, sostienen algunos, ni para ameba quedaríamos. Es, más o menos como si nos enteráramos de que un camión con combustible va a pasar a cinco cuadras de donde vivimos. Si se estrella contra el frente de casa, es probable que nos haga pupa. Pero como va lejos y es poco probable que el chofer quiera salir de su ruta, no corremos peligro. ¿Entonces? Pasa, que lo desconocido, lo misterioso, lo que tiene algún secreto o algo inquietante, vende. Y el cielo, la luna, las estrellas, a cada rato están dando informaciones. Como cuando dicen,

OPINIÓN El dueño de la necesidad

La generosidad es un don ¿De quién son las cosas, más allá de lo que dice el Código Civil? Las cosas son del que las necesita, le digo a menudo a mi hija y se lo repetía siempre, cuando en un tiempo no tan lejano, unos parientes, a quienes no daré el gusto de nombrar porque no tengo el gusto, me imponían el Código Civil a rajatabla y me veía llorar de impotencia ante sus embates. Esa gente lleva grabados en la frente y se sabe de memoria los artículos que establecen quiénes son parientes en primero, segundo y tercer grado, qué recibirá la viuda con o sin hijos y qué pensó Dalmacio Vélez Sarsfield o en quién se inspiró para resguardar los derechos hereditarios de cada uno. Los rige una idea tan vieja como Napoleón Bonaparte o Justiniano, el emperador romano. Vienen siendo iguales desde que Matusalén era joven. Igual le insistía a mi hija: “Las cosas son del que las necesita”. No como una concesión del que tiene, sino como un deber natural de los hombres de bien, porque les correspon