Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Pasos

SOLEDAD Dulce compañía

Hernán Figueroa Reyes, Solitario Somero análisis de una situación que se repite en la vida de mucha gente, los que están solos y eligen una vida que no es la del común de los mortales Vivir solo cuando es voluntario, no es malo. En algunos casos es altamente conveniente. Estar con uno mismo todos los ratos libres del día no es necesariamente una circunstancia adversa. Uno se acostumbra a los sonidos del propio silencio, siente sus pasos en cada rincón de la casa y decide darse al ocio, al trabajo, a la lectura o a la cuenta de los latidos del corazón. Es tener las riendas de las compañías de los otros, darse cuenta de cuándo buscarse con ellos y en qué momento retirarse sin hacer ruido al cerrar la puerta. Si la calle está a pocos pasos de la casa, hay que saber qué banco de plaza elegir para sentarse a leer un buen libro, tranquilo, oyendo el canto de los pájaros, el rumor de la calle. Por un lado, la vida moderna muchas veces entrega soledad no deseada, a manos llenas, en un mundo re

VIDA Llegar a viejo

Por qué deberías empezar a tratar bien a los ancianos A veces, cuando me miro al espejo digo: “Bueno, Juan, esto había sabido ser viejo”. No porque me haya acostumbrado dejo de notar las arrugas, la cabeza blanca como alpargata de pintor, la mirada algo caída, la busarda prominente, los pasos cada vez más lentos. Es solamente el paso del tiempo, saber lo que he vivido o me resta por vivir, diría José Hernández. Lo que me tocó y lo que hice con eso. Uso anteojos para leer desde pasados los 40 años, de vez en cuando me duelen algunos huesos que antes ni sabía que existían. No sé y no me interesa entrar en algunos asuntos del presente rabioso, como el manejo de los teléfonos móviles, Netflix, los pantalones ajustados al cuerpo o usar esos ridículos zapatones de goma, los sapos, ni para andar en casa. Me banco perfectamente que una mujer joven me diga en la carnicería: “Esa no es la fila, abuelo, venga que le indico”. De chico me gustaba andar de gorra o de sombrero, de joven me decían que