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Mostrando las entradas etiquetadas como Guarangadas

EDITORIAL La prensa, destructora de la sociedad

Se pide un periodismo menos destructivo   El idioma como lo emplea la gente es la excusa para usar palabras cada vez más groseras y proferir indecentes guarangadas Con el tiempo los vocablos que aludían a situaciones groseras o, digamos, no aptas para ser repetidas frente a los niños, van perdiendo su sentido, se vuelven comunes y corrientes, entran en el habla cotidiana y hay que inventar otras para reemplazarlas. Cuando éramos chicos, había padres que no querían que sus hijos dijeran las que se consideraban “malas palabras”. Está bien, una verdad de Perogrullo es que las palabras no son buenas ni malas, existen, ahí están, figuran en el diccionario que, hasta se da por enterado del uso grosero que se les da en algunos países a muchas que en otras naciones o contextos son inocentes, castas, puras. Casi todas las “malas palabras” se referían a las partes o situaciones íntimas de la gente, pero nombradas con términos prostibularios, extraídos de la cárcel, del ambiente de las drogas, de