Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Computadora

RELATO Vos

Escrituras mañaneras "…te aburres un poco, ya sabes cómo sigue, lo cierras, te fijas si la ropa de la soga se terminó de secar, observas un rato cómo el sol va pintando los techos…" Ayer, como todos los domingos te has levantado bien temprano, antes de que aclare el día. ¿Mañas de viejo? Puede ser, te dices. Y empiezas una rutina que se viene repitiendo los días de guardar, días para olvidar, días para regalar, todos los días desde que has empezado a sentir que estás arribando a esa edad en que el traje de viejo te queda como pintado. Das vueltas por la casa, te fijas si hay algo para picar en la heladera, pospones un rato tomar la pastilla, das otras vueltas por las dudas, tapas bien a la patrona, te fijas si los chicos siguen respirando normalmente, pones la pava para el mate, enciendes la computadora, riegas la sagitaria, el malvón y las otras plantas que andan de incógnito en tu jardín porque nunca les vas a aprender el nombre y mucho no te interesa saberlo, tomas la past...

PREGUNTA Por qué seguir escribiendo

Oficio sin destino Algunos interrogantes y certezas del oficio de redactar textos para pocos Mi mujer me pregunta para quién escribo todos los días. Le digo que no sé o, en todo caso sí, para un puñado de gente, casi todos viejos, que deben calzarse los anteojos porque si no, no ven un pomo y todavía tienen el hábito de la lectura. En un mundo que desprecia a los mayores de 40 años, casi no tiene sentido que un viejo de 60 redacte sus crónicas en un blog de provincia, pero aquí estoy haciendo sonar las teclas de la computadora. Pretendo solamente dejar testimonio de la forma de razonar de un tiempo que ya no es y, si Dios quiere, no será nunca más. En asuntos fundamentales de la vida, pienso lo mismo que mis abuelos, mis bisabuelos, mis tatarabuelos y así hasta el principio de los tiempos. Después, obviamente, tenemos distintas herramientas, como que estoy escribiendo este texto en un aparato ni siquiera soñado por ellos. En el mundo antiguo, uno seguía a un autor, pongalé Jorge Luis B...