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Mostrando las entradas etiquetadas como Lamento

OBVIEDADES Las mujeres son mujeres y los hombres, hombres

Solamente las mujeres pueden parir Decir “personas gestantes” para referirse a las mujeres, únicas que pueden parir hijos, no es tan inocente como llamar “agua mineral con gas”, a la soda Hay que acostumbrarse a repetir lo obvio, aunque sea internamente, para no caer en las trampas que ofrece el moderno lenguaje a cada paso. Repita, las únicas que pueden ser madres son las mujeres, son las mujeres, son las mujeres, ese privilegio está negado a los hombres, ellos no tienen manera de ser madres. Decir “personas gestantes” no es tan inocente como cambiar “soda”, por “agua mineral con gas” o “profesional del arte de curar”, por “médico”. Es aceptar que alguien más, además de las mujeres, tiene capacidad de gestar otro ser humano. Y no, amigo, es imposible que alguien que no sea mujer lo haga, de la misma manera que el toro no parirá terneros, el lobo lobeznos o el caballo potrillos, esa función la naturaleza la ha reservado a la vaca, la loba, la yegua. Y así hasta el último animal del mu

HOY Día de los Santos Inocentes

Fue una masacre Mucha gente hacía aquel trayecto de a pie, en aquel entonces, pero pocos iban perseguidos por un rey sanguinario “Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ´Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarle´. Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: ´De Egipto llamé a mi hijo´. “Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: ´Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen´.” (M