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Mostrando las entradas etiquetadas como Heladera

GASTRONÓMICO No todo es rico

Encargada y mozo. Confitería "La Ideal", Buenos Aires, circa 1993 Algunas consideraciones para evitar confusiones a la hora de servir un plato en su restaurante predilecto, qué debe hacer el mozo, qué no ¡Mozo!, venga para aquí, cuénteme que hay de rico para comer, qué le está saliendo de diez al cocinero. Ya sé que tienen un código de internet para mirar el menú del derecho y del revés. Sólo quiero que me diga qué puedo comer. No estoy con ánimos para pensar si quiero pastas o carne con ensalada. Me gusta todo, aunque sea miéntame, no me importa. Apenas me termine de decir que los ravioles con tuco son excelentes, le digo traiga eso y sigo mirando estos números para una presentación que debo hacer esta tarde. En serio, no joda con todo es rico, porque sabe bien que no es así. Si me dice que están preparando un rico guiso para comer entre ustedes y los cocineros, ¿sabe qué?, prefiero eso antes que cualquier plato del menú con nombre raro, ingredientes que quién sabe de dónde

HELADERA Vida de antes

Foto de Jorge Emir Llugdar La compra de un electrodoméstico que parece elemental para la vida moderna, en el campo era fuente de un impensado trabajo extra Todo un trabajo la heladera a querosén, vea. Tenía el tanque en la parte de abajo, y al fondo, una mecha protegida por un vidrio. El vendedor explicaba el funcionamiento, parecía fácil. Sólo había que encenderla. Tenía una pequeña chimenea que, de vez en cuando se debía limpiar y eso era todo. Cuando la estaban llevando, el vendedor advertía, sólo hay que cuidar que la llama sea azul, pequeño detalle. El paisano llegaba a la casa con el armatoste y la familia en pleno se reunía para observar su instalación. Con tiempo habían elegido un lugar en el corredor y entre dos o tres forzudos la llevaban a su sitio. El padre tiraba del tanque como le habían indicado en la ciudad, abría la tapa y lo llenaba de querosén. Con un fósforo encendía la mecha que estaba al fondo del tanque y lo volvía a su lugar. La mujer, entusiasmada, ponía una j