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Mostrando las entradas etiquetadas como Falsa

CUENTO Mishi mojado

Imagen de ilustración Esa noche no supo que estaba tratando con un tipo que era un cuatro de copas cualquiera Conformate. Es lo que hay. Parecía un mishi mojado. Sus ojos brillaban bajo el aura amarillenta de las luces de la Belgrano. Me pidió fuego. Le dije que fumar era de lo único que me arrepentía en la vida. Había dejado el vicio hacía mucho. Si viviera de nuevo haría todo de la misma manera. De principio a fin. Me mandaría las macanas de la juventud. Todas. Una por una. Menos fumar. Ella dijo “qué discursito”. En su voz había algo que me punzó el corazón. Me picoteó el alma. Ella andaba por la mitad de la tabla. Entre los treinta y los cuarenta. Morocha linda. Yo pasaba los cincuenta. Largos. Un amigo dice que hay una ínfima cantidad de chicas a las que les gustan los hombres mayores. Mucho mayores. Decrépitos. O casi. El asunto es hallarlas. Saber cómo detectarlas. Con dos o tres preguntas te das cuenta. O te miran como tío viejo o te toman como amigo sin complicaciones. El asun

ESTRELLA Los Reyes eran tres

Melchor, Gaspar y Baltasar "Le preguntamos al padre cómo lo llamarían, nos dijo que le pondrían Emanuel, que significa Dios con nosotros" Éramos tres, no cuatro ni siete ni doce ni veinte y llegamos siguiendo una misma estrella, aunque veníamos de distintas partes de los confines del mundo. Un día nos reunimos cerca de Jerusalén y decidimos preguntarle al rey Herodes, si era cierto que acababa de nacer un niño, que sería el Rey de los Judíos. Si hubiéramos sabido que era falsa su cortesía no habríamos acudido a verlo. Pero, lo que son las cosas, nos ayudó a encontrarlo. Dijo que, por lo que se sabía, estaba anunciado que debía ser en un pequeño pueblo y nos dio su nombre: Belén. Hacia allá fuimos los tres. En un descampado instalamos nuestras tiendas y una noche, cuando dejó de nevar, se abrió una nube y volvimos a ver la estrella. Decidimos seguirla. Hacía frío y el campo estaba silencioso. Cuando íbamos llegando a Belén, nos sorprendieron unos pastores, pues sin decirnos na