Familia unida Todos sabíamos que el mundo era de los grandes y a nadie lo frustraba saberlo Amanecidos en la vereda de la casa, con las reposeras mirando pasar las primeras horas del 2022, recordamos con mi mujer los tiempos de antes, las Navidades de hace mil años, cuando vivían los abuelos, los tíos que ahora son viejos eran solteros todavía, y varias familias de hermanos, tíos, conocidos y amigos, se unían en la misma mesa a festejar. Comían los grandes en una mesa y los chicos en otra. Uno a veces no simpatizaba con algunos primos, con otros se veía cada muerte de obispo y en muchas ocasiones se armaban unas hermosas trifulcas. Los primos grandes siempre eran aprovechadores, nos miraban con una semi sonrisa de desdén mientras nos quitaban la pierna de pollo sin piedad, esos malditos. Si reclamábamos a las madres, ellas decían: “¡Chicos, chicos, por favor!, portensén bien”, y seguían en lo suyo. Alguna comentaba: “Parece que se están matando”, pero nadie se iba a meter, eran cosas d
Cuaderno de notas de Santiago del Estero