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Mostrando las entradas etiquetadas como Canto

RELATO El canto perdido de la jefa de las ranas

Ilustración nomás A veces se cruzan historias de gallos rengos, mulas sanmartinianas y una filosofía de entrecasa que entra sin permiso —De todo lo que había en el pago, lo que más extraño es el canto de las ranas del verano después de la lluvia— dice Macario, acomodando su vaso sobre la mesa. Los otros lo miran, ya saben que viene una historia. Sea cierto o no, Macario siempre tiene un cuento para largar. —¿El canto de las ranas? —pregunta uno, incrédulo. —Sí, las ranas. Mirá, te voy a contar… Empieza con aquella vez, de chico, que con los hermanos y algún primo de visita decidieron pillar a la que llevaba la batuta. Los amigos, en ese bar de mala muerte debajo de la tribuna de Central Córdoba, se acomodan en las sillas y lo dejan hablar. Es que Macario ya antes les había largado cada cosa. De chicos hacían competencias a ver quién boleaba más gallinas, con boleadoras de marlo atadas con hilo sisal… El abuelo se enojó como nunca, porque le arruinaron, dejándolo rengo, un gallo de pele...

CALENDARIO NACIONAL Academia Porteña del Lunfardo

Milonga lunfarda, interpretada  por Edmundo Rivero En 1962 fue fundada la Academia Porteña del Lunfardo, idioma característico de los presos de principios del siglo pasado El 21 de diciembre de 1962 se fundó la Academia Porteña del Lunfardo. Fue una iniciativa de José Gobello, Nicolás Olivari y Amaro Villanueva. Gobello, junto a Luis Soler Cañas y León Benarós, convocó escritores y periodistas para crear un instituto de estudio del habla popular. Pero no es solamente para estudiar el habla que se fundó esta academia sino también para el estudio, valoración y difusión de otros aspectos de la cultura popular de Buenos Aires como la música, el canto, la literatura, la historia, la arquitectura y el arte. Durante sus primeros años, la Academia se reunió en un pequeño departamento de la calle Lavalle. Ahí se organizó la biblioteca, bajo la dirección de Enrique Ricardo Del Valle, que también ocupó un sillón académico. Al cumplir sus bodas de plata, en 1987, se inauguró una sede más ampli...

LEYENDA El cuervo y el burro

Al cuervo le dicen zopilote en otras partes Por qué el cuervo tiene alas negras, un grito feo y anda siempre solo y triste Yo era un pájaro fachero, de hermosos colores, un canto envidiado por todos y un vuelo rápido, ágil, livianito, saltarín. Tenía un enorme penacho colorado en la cabeza. Era un poco palangana, como todos los lindos, pero simpático, alegre, dicharachero, todos me querían, menos el burro, que me tenía rabia porque siempre ha sido así, desgarbado, con grandes orejas, muy taimado. Algunas aves se alimentan de semillas, otras comen hojas o les gustan los bichitos. Yo, en cambio comía y me gustaba —me sigue gustando— comer osamentas. Si no hubiera sido por mí, el bosque santiagueño siempre iba a tener olor a animal muerto, a podrido. Empiezo a comerlas por el culito o por los ojos, porque son las  partes más blandas. Esto que le cuento sucedió después de la vez que ofrecí un concierto para todos los animales: trepado en lo alto de algarrobo entoné chacareras, zambas, ...

OPINIÓN Contra el folklore de pava negra

La Sele Quién es Sele Vera, la rionegrina que se metió con el chamamé y canta vestida de gaucho Dicen que una chica, casi una desconocida, se trepó al escenario del festival de la Salamanca y fue lo más esperado de una de sus noches. Selena Vera tiene 18 años, es rionegrina, canta “chamamé romántico”, toca la guitarra y la acompañan en el escenario otros jóvenes como ella. Tiene sus críticos, cómo no, y sus fanáticos que la adoran, la oyen encantados y saben y corean sus canciones. Curioso, voy a Youtube a ver qué hay de ella. Mucho. La oigo un buen rato. Y sí, es chamamé tradicional interpretado por un conjunto correcto, todos con muy buena presencia. Ladra más o menos como Soledad Pastorutti en sus comienzos. Pero, mientras la otra se metía con lo más tradicional de la música argentina y sus autores más reconocidos, el de esta chica es un folklore nuevo, y perdón por el oxímoron. Después, con el tiempo, Soledad dejó de revolear el poncho, al parecer tomó clases de canto y hasta se da...