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Mostrando las entradas etiquetadas como Morcilla

GALLOS Una costumbre milenaria

Reñidero en Valencia, España, circa 1930 En casi toda la provincia hay galleros, costumbre que muchos hallan que es bárbara, pero al ser mayoritaria también sería democrática, dice el autor La riña de gallos es una realidad en casi todo Santiago del Estero. En cada ciudad, pueblo, paraje, apeadero o simple revolcadero de burros, gran parte de los varones cría gallos llamados finos y espera dar el golpe en una pelea con apuestas que no le salvarán el año, pero al menos pagarán los gastos etílicos del fin de semana. Hay pequeños pueblos, en que se organiza una riña todos los fines de semana, siempre con mucho público, menos cuando están emplumando las gallinas, desde el final del verano hasta dos o tres meses después. Mientras la ley nacional 14.346 prohíbe explícitamente las riñas de gallos, desde 1986, cuando gobernaba la provincia Carlos Arturo Juárez, una ley las autoriza expresamente. El gobernador César Eusebio Iturre, reglamentó “el combate para el deporte de los gallos”, de una m...

ESPECTÁCULO La morcilla y los gallos

Combate de gallos de pelea La riña es uno de los espectáculos más representativos de la cultura popular santiagueña; la cría de estos animales es una actividad noble y pura No hay espectáculo más representativo y particular de la cultura popular santiagueña que la nunca bien ponderada riña de gallos, ya sea campesina o en pleno centro de cualquier ciudad, de Selva a Villa Nueva Esperanza, de Monte Quemado a Frías. Entre sus próceres figura el Ciego Montaldo, de Tucumán, y quienes han tenido la dicha de conocerlo, dan fe de que pedía silencio en las paradas para sentir cómo iba peleando sus animales. Por ahí afirmaba: "Ha pegado el mío" y era la pura verdad. Tanto era el cariño sincero que les profesaba, que los conocía por el sonido que hacían al toparse. En casi todos los pueblos del oeste santiagueño, los gallos figuran entre las aficiones más arraigadas de la paisanada, que deposita en ellos un amor puro y trasparente con el solo afán de extraer lo mejor de cada uno de ell...

GASTRONOMÍA Ninguna parrillada como El Vasco

El Vasco Servían dura carne de mamut, chinchulines gomosos  y chorizos recalentados No habrá ninguna igual, no habrá ninguna. Ninguna otra parrillada asegurará a los comensales, como “El Vasco” o “El Vasco Junior”, como se llamaba al final de su vida, una carne de mamut lanudo tan dura, unos chinchulines tan gomosos, chorizos recalentados del mes pasado y morcillas que quién sabe de qué parte, de qué animales, de qué cosas muebles o cristianos estarían hechas. Para no hablar de la pésima atención de los mozos, que, en la Libertad y Pringles de Santiago del Estero, brindaron mediodías y noches memorables, puteándolos sin parar, avivando las úlceras, haciéndolas sangrar, con la mujer pateándote por debajo de la mesa: “Si sigues así, no salimos más un sábado, pórtate bien, pareces un chico”, al tiempo que espantaba las moscas o tinquiaba una pícara cucaracha que le hacía burla desde la mesa, mantel de hule con más grasa que sopa de lechón. Ningún otro lugar de Santiago será nunca más,...