Ulúas en fruto, de Hugo Argañarás Alguna vez llenaron los bosques con sus conciertos, un pequeño defecto cambió para siempre la armonía de la naturaleza Era, y sigue siendo, la rareza del bosque santiagueño: ave graciosa de verdes plumas, alas verdes, verde cola, camiseta gris, vuelo zigzagueante, explosión de alegría de las mañanas frescas de Santiago y de gran parte de la Argentina. En aquel tiempo de antes del tiempo, cuando sólo los indios habitaban estos pagos, tenía un canto dulce y armonioso, más que la reina mora. Cantaba a voz en cuello sus melodías, siempre a coro con sus hermanas. Y, en algunas ocasiones, la naturaleza entera guardaba silencio cuando el conjunto de cien o doscientas de ellas se largaba con algún recital. Ni el gavilán la perseguía, ni el zorro la quería comer, ni el león la buscaba: todos coincidían en que era parte de una necesidad satisfecha, la de oír algo bello en sus ratos de descanso. Era trabajadora: de la mañana a la noche buscaba ramitas para c...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero