Imagen de archivo Qué pasaba cuando andaba por la vida dándome aires de rebelde con alguna causa medio fantasiosa dando vueltas en la cabeza Para caerle bien me tiré de revolucionario, actitud que no me costaba porque en ese tiempo usaba barba negra y tupida, andaba de alpargatas, me bañaba medio salteado y no me cortaba el pelo, como se supone que hacen los que quieren cambiar la sociedad a la fuerza. Las alpargatas eran porque no tenía plata ni para un par de zapatillas ordinarias, si no me afeitaba, me ahorraba la yilé, a veces el baño para darse una ducha era un peligro en aquella pensión de mala muerte en que me alquilaban una piecita, el corte de pelo me parecía un lujo asiático e innecesario, no tenía plata ni para eso. Le expliqué que la lucha por conseguir el dinero necesario para comer era una preocupación burguesa, que lo que ganara cada uno debía ponerse en un bolsillo común para satisfacer las necesidades de la comunidad y el resto, usarlo en la gran revolución que haríamo
Cuaderno de notas de Santiago del Estero