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Mostrando las entradas etiquetadas como Funciones

TATUAJES Sin crítica personal

Tatuaje moderno Si alguien dice que sus ideas son equivocadas, no está afirmando que usted es una mala persona, solamente no coincide con su pensamiento Muchas veces, el problema es que la crítica se personaliza y a quien se le señala una discrepancia de ideas, supone que uno le está reprochando o lo increpa a él. Un decir: si alguien sostiene que los aristotélicos están equivocados y usted se considera aristotélico, están diciendo algo malo de sus ideas, amigo, pero no de usted. Por eso está mal advertir “no estoy de acuerdo, pero respeto tus ideas”. Si no está de acuerdo, no las respeta, porque respetar es acatar, obedecer, someterse. En realidad, usted respeta al otro, respeta su libertad para expresar su pensamiento, pero, por favor, no diga que respeta sus ideas porque, al no estar de acuerdo, claramente no las respeta. Pero estos son conceptos bastante elementales, que los lectores de este blog conocen muy bien. Por eso vamos al asunto de hoy. Para quienes tenemos Dios, nos hizo

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS del 27 de febrero

El artista y su instrumento En 1934, Atahualpa Yupanqui brinda un recital en el cine Splendid de la calle Avellaneda El 27 de febrero de 1934, Atahualpa Yupanqui ofrece un recital en el cine Splendid de la Avellaneda. Según Leonardo Gigli era el cine preferido de los santiagueños, al lado de la confitería La Ideal, que durante muchos años fue la más popular de la ciudad, incluso hasta después de demolida, cuando se construyó allí el Grand Hotel y los santiagueños la seguían llamando de la misma manera. Tenía una particularidad, no se entraba por atrás, como la mayoría de los cines y teatros, sino por adelante. Quizás esta curiosidad se debía a que se quería mostrar la belleza de las damas que asistían a esta original sala. Tenía platea, palcos y tertulia, llamada “gallinero”, “galerie” o “paraíso”. Y más arriba, en el último nivel estaba la cabina de proyección. Un motor hacía que se abriera el techo corredizo y en las noches de verano, junto con la brisa fresca, desde cada butaca era