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Mostrando las entradas etiquetadas como Hora

TIEMPO La hora de los ferrocarrileros

Reflejo del reloj del Fórum Por qué algunos creen que el día se nombra con 24 horas, cuando se sabe que son dos mitades de doce, que parece igual, pero no es lo mismo “El tiempo solo es tardanza de lo que está por venir”, le dice Martín Fierro al Moreno, en la famosa payada escrita por José Hernández. Eso es la hora, lo que falta, lo que se viene. Los relojes son la verdadera arma cargada de futuro, porque van indicando lo que falta, lo que está por venir. Fijesé, una simple manera de sumar de los sumerios o quizás los babilonios que, con un puño abierto y un puño cerrado indicaban seis, dio lugar a la docena y es por ellos que hoy se cuentan las horas de doce en doce y no por decenas. El mundo va todos los días desde la medianoche hasta el mediodía y vuelve a rolar hasta las doce de la noche. La llegada del ferrocarril y los complicados cálculos que se deben hacer para saber horas de partida y llegada, hicieron necesario, a partir del mediodía, seguir contando hasta 24. Pero para la g

CUENTO Guiso recalentado

Imagen de ilustración A veces la jornada de un trabajador suele presentarse torcida desde la madrugada a la noche: vea lo que sucede cuando todo empieza mal Es de madrugada y por despertar a la mujer, que le ha dicho que quería levantarse temprano, sale de la casa tres minutos después de la hora acostumbrada. A pesar de que pega un pique de cien metros llanos, pierde el ómnibus por unos segundos, hace señas, pero el chofer no lo ve o no quiere parar. Queda acezando en la parada, le quieren salir los bofes por la boca, hace tanto que no corre. Llega tarde al trabajo, para peor, el jefe está de mal humor, lo castiga con los dichos de Steve Jobs que le tienen los gumaros hasta la tercera napa freática, levanta el dedo índice y comienza: “El verdadero innovador…”. Sabe que nadie lo va a parar hasta que diga la última de todas las frases pelotudísimas del otro infeliz. Después le avisa: “Si no quieres quedarte sin presentismo te tienes que quedar laburando hasta tarde”. Lo mira con odio, ba

LEÍDO PARA USTED Justo antes del amanecer

La nota original no traía ilustración Contexto. Una columna fija de un diario de Filipinas, cuyo título es “Honrando a mi madre”, ofrece algunas reflexiones acerca de la fugacidad de la vida y del misterio de la muerte. Escrita en un particular estilo personal, es posible que ofrezca algunas pistas a quienes recientemente perdieron un ser querido y suponen que nunca se repondrán de su partida. Son miradas aturdidas, las de quienes han perdido a sus seres queridos recientemente, sobre todo cuando se están despidiendo en el cementerio: lo que sigue después Por Icoy San Pedro del Mindanao Times publicada el 9 de febrero en Mindanao, Filipinas Es donde uno encuentra la hora más oscura, como dice la canción. En mi vida, debo haber tenido muchas experiencias desagradables al presenciar innumerables miradas aturdidas de quienes han perdido a sus seres queridos, especialmente en el último momento de la despedida en el cementerio. Durante mucho tiempo, estos momentos oscuros, entumecidos has

URBANIDAD Ah, la puntualidad

Un gesto para agradecer Consejos para el hombre moderno: por qué no se debe llegar tarde a una cita y cómo debe llevarla adelante para su buen fin Ah, la puntualidad. Ser puntual es la mejor manera de demostrar respeto al prójimo. Calcular lo que se demorará para llegar a tiempo y estar en el lugar que se acordó a la hora exacta de la cita, demuestra cortesía, educación y, sobre todo, un acatamiento a la primera ley de la urbanidad, que es cumplir con la palabra. Si el otro es un linyera, el Presidente de la Nación, un cliente, el último empleado de su empresa, un proveedor, no importa, nadie merece que lo hagan perder el tiempo. Para ser puntual debe tener en cuenta de manera fundamental, cuánto se demora en ir desde donde está hasta el lugar de la cita. A buen paso, calcule que echará un poco más de dos minutos por cuadra, alcanza, pongalé tres minutos por si debe detenerse en un semáforo o cruzarse de vereda para evitar una obra en construcción o algo. Si debe bañarse y vestirse,

ESPERA Los relojes de los organizadores

Sanguchitos nuestros de cada presentación Al final de esta nota, la solución para no aguantar la impuntualidad de los organizadores de toda clase de actos Desde que no sé mirar el reloj en Santiago, no voy más a conferencias, coloquios, parlamentos, charlas, recitales, conciertos, festivales, lectura de poemas, presentaciones de libros ni nada de nada. Antes tenía la deferencia de salir de mi casa con tiempo para llegar a horario o, pongalé, cinco minutos antes, porque bien podía pasarme algún percance en el camino, toparme con un conocido, mirar una vidriera o algo. Me daba mucha vergüenza la posibilidad de llegar cuando todo estuviera empezado y andar entre las filas de sillas tratando de sentarme en la única que estaba libre a esa hora. Pero llegaba y siempre pensaba en que me había equivocado: no era ahí, tal vez todo había pasado, quizás me había confundido y no era el día, lo habían pospuesto y no me había enterado. Pero, oiga, no solamente no había pasado, sino que todavía no ha

TIEMPO Hora santiagueña

"Mañana Luminosa", Lilo Viejo, departamento Moreno, acrílico sobre lienzo, obra de Hugo Argañarás Nota que trata de la manera de medir sus días de los campesinos, por lo menos así lo hacían antes de la llegada de la electricidad, la televisión y otros males Muchos santiagueños, especialmente los campesinos, siguen midiendo el tiempo como antaño, casi sin relojes y con otras horas que no son las que se conocen en los pueblos y ciudades. Están marcadas por los trabajos y necesidades propios del lugar en que viven, pero en general, son las mismas en toda la provincia. Hora de levantarse. Ocurre entre las cinco y las seis de la mañana en invierno y quizás un poco antes en verano. En muchas casas quien primero se levanta, después de las abluciones matutinas destapa los tizones que se cubrieron de cenizas la noche anterior, revive el fuego, pone a calentar el agua en un jarro y empieza a preparar el matecocido para la mujer y los hijos. Hora i´mate. Es el tiempo de cebar el p

LAVALLE El pueblo que celebró la Navidad dos veces

A la derecha Catamarca, a la izquierda Santiago Por Alfredo Peláez Allá por el año 1700 existía en la región una estancia llamada “Pachaga” que era propiedad de las familias Capdevila y Aragón, los cuales tuvieron influencia directa en la conformación de la población de Lavalle, y vivían en lo que hoy es El Mangrullo. Con el tendido de las vías del Ferrocarril General Belgrano, la Estancia Pachaga adopta el nombre de “Lavalle” en homenaje al general Juan Galo de Lavalle. El 26 de octubre de 1809 el poder ejecutivo dicta un decreto ordenando un estudio sobre la factibilidad de un trazado de las líneas del ferrocarril del Norte. El 17 de noviembre se efectúa la habilitación de dicho medio entre las estaciones de Lavalle y San Pedro. El 29 de agosto de 1857 con el silbato de La Porteña, se inicia el recorrido de este importante medio de transporte, generando en la región un movimiento económico y social trascendente en el país. Laballe,Catamarca,Mas de un siglo después este pueblo viviría

HORARIOS Qué hacer ante la impuntualidad

Transparencia del reloj de la plaza Libertad Entre las instrucciones para gambetear la impuntualidad debiera figurar que se debe calcular los relojes del prójimo Hay un asunto que molesta mucho más que la impuntualidad: es la suposición de que, como no vamos a llegar a la hora señalada, se nos debe citar media hora antes. Sería algo así como una “sobrepuntualidad”, pero a la fuerza. En la Argentina, en general mucha gente es impuntual, cree que llegar media hora tarde es estar a tiempo y una hora después, también es ”o´clock”. Quizás una mayoría piensa de esa manera, por eso, cuando se desea que la gente llegue a una determinada hora, miente que lo organizado comenzará antes y creen, de esa forma, asegurarse que llegarán a horario. El drama es que los impuntuales se avivaron y llegan una hora después de lo acordado, pues se han percatado que, de todas maneras, el horario es una vaga referencia temporal, como decir: “Venite a casa mañana a la noche”, que va desde que oscurece hasta el a