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Mostrando las entradas etiquetadas como Pitos

DOMINGO Fin de fiesta

Fiesta, fiesta, fiesta Nadie quiere irse, estuvo todo tan lindo que ningún invitado quiere moverse de su lugar, hay reclamos para que los mozos vuelvan a hacer sus entradas triunfales Sigue la fiesta, se terminaron el vino, el champán, la cerveza, la gaseosa, el whisky, tomamos los culitos de los vasos que quedaron, no hay canapés, empanadas, ensalada rusa, sanguches de miga, pollo al curry, pero por ahí viene un mozo con sobras y nos abalanzamos como cerdos para alcanzar los últimos pedazos de cualquier cosa que quede a esta hora de la madrugada. Todos estuvimos invitados, sólo unos cuantos no quisieron venir, que se jodan. Al principio llegamos los vecinos, luego los de la otra cuadra, más tarde los de los barrios cercanos y al final no había nadie de ningún rincón de la ciudad que no estuviera convidado a la gran joda. Hubo globos colgados por todas partes, pitos, matracas, trompetitas, gorros, bonetes, collares luminosos, enormes anteojos de plástico, muñequitos de colores, platos

LEYENDA El Hombre de la Bolsa

Monstruos de antes Soy el infeliz que no tiene dónde caerse muerto, el que canta en las esquinas por unos sucios pesos Aquí, como me ve, soy uno de los mitos legendarios más conocidos no solamente de este humilde pueblo provinciano, sino quizás de toda la Argentina, he pasado de boca en boca, de madres a hijos, de abuelas a nietos, arrorró que cambió de horario para presentarse todos los mediodías, cuando los chicos se niegan a tomar la sopa. Soy mentado, casi siempre por voces femeninas: —Hacé caso, si no le digo a tu padre cuando vuelva, o llamo al Hombre de la Bolsa. De tanto nombrarme me bajaron el precio, como quien dice. Los chicos temen más a la reprimenda o la tunda del padre que a mi presencia quizás inocua, intrascendente, fugaz e imaginaria. No soy mucho más que eso, un hombre, una bolsa, un mito, una sopa. Hay otros hombres que andan por el mundo de lo mágico cargando bolsas, uno es Papá Noel, siempre presente en este tiempo de calor, Navidad y nieve de telgopor. Y los ladr