Capilla Nuestra Señora de la Merced, de Sumamao Versos extraídos del libro inédito “Folklore santiagueño”, con recopilaciones de Julián Cáceres Freyre y luego pasado en limpio y organizado por mi padre, Juan Manuel Aragón ¡Oh, que dichoso será quien adorare la Cruz! A la hora de la muerte llamaremos a Jesús. Oh que mérito tendrá quien adorase a Jesús, porque también nos enseña por la señal de la Cruz. En la casa del Señor donde descansó un momento, lo debemos adorar al divino sacramento. Comencemos por los clavos, el más cruel de los martirios. Lo clavaron los judíos al golpe de los martillos. De los cinco mil azotes y el lanzazo del costado, sufrió por los pecadores en la Cruz crucificado. Esa corona de espinas todo en sangre bañado, ha traspasado su cerebro por redimir los pecados. Me pesa de haber nacido en la hora de la agonía, quisiera ser sepultado todas las horas del día. Cuál de todos mis hijos me ayudará a sentir, de ver a Dios padeciendo. ¡Quién se dolerá de mí! Qué dolor no
Cuaderno de notas de Santiago del Estero