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Mostrando las entradas etiquetadas como Mates

RELATO Corzuela

Imagen de archivo Una sencilla historia de lo que pudo haber sucedido y no fue “Venga a saludar al hombre”, le dijo el tío y ella, morena corzuela asustadiza, caminó con ese andar de las mujeres en edad. Cuando se la presentaron le contaron también que la estaban terminando de criar porque la madre había fallecido y el padre la había dado, algo común en el pago. Después volvió varias veces, ella lo saludaba con un beso en la mejilla y él se hacía el sorprendido: “¡Cómo le va!”, le preguntaba como si recién la viera. “Bien, gracias” decía ella. Y era todo. Andaba callada por la casa y el otro debía hacer un esfuerzo para no mirarla, para no denunciar lo mucho que le gustaba. Pero cuando uno llegaba a una casa como amigo del tío, por esos tiempos al menos, no podía pasar a la categoría de novio de la sobrina, así nomás, de sopetón, como quien dice. Quedaba mal. Es posible que hasta le quisieran echar los perros. Después dirían: “El hombre venía haciéndose el qué y míralo vos, había sabid

CUENTO Tío Raúl

Fotografía de Jorge Emir Llugdar “Al tiempo de tener la radio, el tío Raúl se sabía de memoria los nombres de los locutores y los reconocía por la voz” La primera vez que mi tío Raúl supo la llegada del hombre a la luna, fue porque yo se lo dije. Una semana después del 20 de julio del 69, estaba de vacaciones en el pago, me animé y le di la noticia. "Ve po vos si será tonto éste, me dijo, ¿vos le crees a los diarios? Bueno vete sabiendo lo que te voy a decir, son macanas", me largó. Por supuesto que no permitió que siguiera hablando del asunto. Raúl era hermano de mi padre, el más grande de los seis. Vuelta a vuelta tenía problemas con la policía porque era uno de los cuatreros más conocidos del pago. Una vez lo convidaron a enlazar en la casa de los Santillán, mi tío Raúl erraba todos los tiros. Cuando las burlas subieron de tono, el hombre se ató un pañuelo en los ojos, y ciego, animal que pasaba, animal que pialaba. Como buen cuatrero, solamente sabía enlazar en la oscurid

RECUERDOS La vida en los barrios era otra cosa

La familia en el barrio A veces las madres se pasaban por encima de la tapia, un bizcochuelo que les había salido rico, en señal de buena vecindad Cuando el locro o un bizcochuelo les salía rico, las madres se pasaban una fuente, envuelta con un repasador, por encima de la tapia. Tiempo después el gesto era retribuido por la vecina, que enviaba una porción de pastel de novios que le había salido exquisita. Al devolver el plato los chicos decíamos: “Dice mi mamá que estaba muy rico, que uno de estos días va a venir a tomar unos mates para que le pase la receta”. En los barrios crecían amistades entre vecinos de toda la vida y todos miraban los hijos de todos, porque hoy por mí, mañana por ti, además los chicos son buenos, pero si se los vigila son mejores, la calle está llena de peligros, por eso hay que andar con cuidado. Pero no eran frases hechas, sino principios rectores de la vida de la gente. Cuando moría un vecino, el resto hacía una colecta, cada uno ponía plata según sus posibi