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Mostrando entradas de noviembre, 2021

Claudio Tolomeo pechó contra la teoría heliocéntrica

Ahora que hemos entrado por el aro del cielo, las estrellas, permítanme referirme a Claudio Tolomeo, a quien nombré de refilón el otro día. Vivió en el siglo II y fue el más famoso astrónomo griego de la antigüedad. Debe su nombre a haber nacido en la Tolemaida Hermia, del Alto Egipto. Nada que ver con la célebre familia de Tolomeo Lago, Tolomeo Filadelfo y de Cleopatra. Y no, amigos, no es una contradicción ser griego y haber nacido en Egipto, como lo sabe cualquiera que pasó de primer año del secundario. Reunió en un cuerpo de doctrina todo lo escrito por los astrónomos que lo precedieron, aprovechó las observaciones de Hiparco y de los caldeos. Perfeccionó el sistema geocéntrico —al que ha quedado adherido su nombre— dando una explicación matemáticamente aceptable de los movimientos de los planetas. En su obra más trascendente “Megale Syntaxis tes Astronomía”, el Gran Sistema de Astronomía, llamada por los árabes “Al Kitab, al Majisti”, El Gran Libro —nombre que nosotros simplificam

Presente una prueba de que los extraterrestres existen y le creeré

Por el momento y mientras nadie presente una prueba concreta, tangible, evidente, estamos solos en el universo. Solitos nuestra alma en billones o trillones de planetas, estrellas, meteoritos, cometas del espacio estelar. ¿Es factible que haya vida a 25 mil millones de años luz de la Tierra o a cualquier otra distancia? Sí señor, obviamente. Podría haber amebas pequeñas o gigantes, con una inteligencia ochenta mil veces superior a la nuestra o paramecios o cualquier otra forma inimaginable de vida. Pero hasta el momento no hay pruebas de que existan. Dirán que es una forma soberbia de mirar al hombre, pequeño parásito de una pequeña roca perdida, al costado de una galaxia que ni siquiera es la más grande conocida —por nosotros— hasta el momento. Puede ser, amigos. Pero, por el momento, lo único que pedimos los escépticos, son evidencias reales y concretas, tan fácil como eso. Usted dirá que en un universo casi infinito tiene que haber otros seres distintos o parecidos a nosotros. Agreg

Sigue vigente la utopía marxista de un mundo sin clases

Se muere una utopía, quizás la última que va quedando en el mundo, el socialismo. Debe más muertes que cualquiera otra ideada por la mente del hombre en lo que va de su historia sobre la faz de la Tierra. Subsiste, a pesar de que la han dado por finada varias veces en los últimos 30 años. Proclama que el ideal de un mundo sin clases sociales no solamente es posible, sino que también es lo correcto. Para ellos es todavía una verdad incontrastable que, si la ideología va en contra de la realidad, pues, peor para la realidad. Aunque sea la purita verdad, no entraremos en el argumento “ad hominem” que dice que cuando llegan a viejos, casi todos los socialistas buscan el combo que odian: auto último modelo, vacaciones en Europa, esposa nueva y casa de fin de semana en las afueras. Es una utopía con prestigio, sus adictos han hecho creer a muchos que son los únicos en el mundo que leen libros, aunque pocos hayan ojeado siquiera, su Biblia, “El Capital”, de Carlos Marx, texto jodido, casi pie