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Mostrando las entradas etiquetadas como Timbre

RECOMENDACIÓN Cuidate

Convaleciente Una palabra repetida que fastidia la vida de quienes se recuperan de una enfermedad: posibles causas de una manía que reemplaza un silencio incómodo ¡Cuidate!, la recomendación, repetida hasta el hartazgo es una constante en estos últimos tiempos cuando se visita a un convaleciente. “Cuidate”, advierten. Claro, mamita, voy a mirar para los dos lados antes de cruzar la calle, mucho más si es doble mano. Intentaré afeitarme correctamente, así no me corto con la yilé, provocando un harakiri involuntario, manchando de paso, todo el baño con sangre que luego deberán limpiar mis deudos. Veré de no mezclar cicuta ni veneno para ratas cuando prepare mi vermú, no haré pito catalán a los policías, seguiré evitando tomar algo en el bar La Roca por temor a las cucarachas que habitan su cocina, en fin. A veces dudo, ¿es una frase hecha, un deseo de bienestar para el prójimo o una advertencia, como diciendo, “yo sé que te va a costar o que no lo vas hacer?” La verdad, no tengo la respu

VISITANTES Las 15 reglas de la hospitalidad provinciana

Siempre Gestos de una costumbre que quizás se haya perdido en las grandes ciudades Sé que alguna vez no la practiqué, de  puro estúpido que soy. Me arrepiento Qué entendemos por hospitalidad, mucho más allá del diccionario, que indica: “Amabilidad y atención con que una persona recibe y acoge a los visitantes o extranjeros en su casa o en su tierra”, que está muy bien, pero en el caso de las provincias, es mucho más extendida que en las grandes ciudades. Aquí van algunas leyes a cumplir. 1 Abandonamos lo que estamos haciendo para atender al recién llegado. No importa que venga de lejos y no lo veamos nunca o sea de aquí a la vuelta y todos los días lo saludemos. Si se molestó en tocar el timbre de casa, le retribuimos mostrando interés en su visita. 2 Salvo el cartero o el hombre de la moto que viene a dejar la pizza, al resto se lo hace pasar siempre. Se espera que se siente, se le ofrece un vaso de agua, un té, un café, lo que elija. Y se lo deja conversar. Nunca se pregunta qué an