A la policía del pensamiento se le termina el dulce de leche Elon Musk ha comprado Twitter, terminará con la cultura de la cancelación a los que piensan distinto Tiemblan los progresistas del mundo, ya no controlarán lo que se escribe en Twitter. Lo ha comprado un tal Elon Musk pagando una guasada de plata, 54.000.000.000 de dólares (traducido, 54 mil millones), con los que solventaríamos la deuda externa y quizás nos darían unos mangos de vuelto. Pero a los progresistas no les importa que un tipo tenga esa guarangada de plata, tampoco les interesa que no la use para comprar comida para los pobres (para un reclamo así lo tienen alquilado al Vaticano). A los ñatos de la progresía mundial les alarma el hecho de que cualquiera podrá escribir lo que se le cante sobre el asunto que considere más oportuno, poniendo su santa opinión, sin censura. ¿El progresismo no era acaso la ideología de la libertad más absoluta para todos? Bueno, sí, pero no para los que opinan en contra de sus sacrosanto
Cuaderno de notas de Santiago del Estero