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Mostrando las entradas etiquetadas como Cortado

PICARDÍAS Pedro el bromista embromado

El Purgatorio del Dante, de Gustavo Doré Se cuenta lo que pasó al autor de esta nota la vez que se murió y lo que hizo después cuando andaba en el Purgatorio de las ánimas Era picarito ese Pedro al bromear. Decía “Cuando me muera…” y agregaba cualquier cosa, como “vete al cine a ver una de Olmedo y Porcel, en mi recuerdo”. Báh, no siempre, pero en el último tiempo era cosa de todos los días. Íbamos a un café y volvía a la carga: “Si me muero vas a venir cada dos por tres a pedir tu cortado con medialunas”. Yo atendía las cosas que me hablaba como quien oye una broma sin importancia. Una de las últimas veces que nos vimos, me anunció que después de muerto iba a enviar una señal desde la otra vida. Le pedí por favor que no lo hiciera, porque en ese tiempo sentía temor de las historias de aparecidos, fantasmas, espantos. “No te hagas drama, lo voy a hacer de manera suave”, anunció. Pero, no va a creer amigo, como si fuera una maldición, al poco tiempo me morí. Una tarde, iba caminando por

CONVERSACIONES La filosofía del huevo frito

El reloj de los rotarios, entrevisto en una vidriera A veces los debates que se arman en el mítico Barquito, frente a la plaza Libertad, exceden los límites de las banalidades y se adentran en lo profundo del ser “Cuál es la filosofía que subyace en un huevo frito”, pregunta un amigo con tono doctoral, al tiempo que tintinea la cucharita en un café que le convidaron los amigos, porque nunca tiene ni para pagar su triste cortado. “¿Será directamente proporcional a la arrogancia de los que tienen el hígado sano?”, responde alguno creyendo que ha conseguido una respuesta interesante. “Será nomás, che”, dice otro, con el descreimiento de los que ni siquiera sospechan su escepticismo ni saben qué quiere decir esa palabra. Las palomas de la plaza Libertad se malacostumbraron a bajar todas las santas mañanas y pedir maní salado en el Barquito, en el que naufragan corazones ermitaños de cien mil anécdotas con final feliz o desgraciado, pero siempre en inmensos mares borrascosos, repletos de ti