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Mostrando las entradas etiquetadas como Chicas

PATRIA Mirada de mujer

Ellas tienen otras razones Breve repaso por algunas diferencias —más que obvias— entre los hombres y las mujeres He visto esa mirada entre las mujeres pocas veces en la vida, pero la capté profundamente, aunque nunca pregunté si mi percepción había sido certera o solo una idea mía. Son chispazos de comprensión femenina que se producen cuando se reencuentran o… mejor voy al punto, así se entiende. Después de varios años se vuelven a ver. En medio de la conversación una le comunica a la otra que acaba de tener su hijo número ocho. Algunas mujeres reaccionan de manera lógica y preguntan: “¿Por qué tantos?” o hacen bromas como: “¿En qué estabas pensando?” o: “¿No han probado mirando televisión?”. Es lo normal, lo lógico luego de la sorpresa al enterarse de que una mujer parió más de media docena de chicos en tiempos en que muchas quieren tener uno, a lo sumo dos y como máximo tres. En ese momento, cuando una le dice a la otra que tiene ocho hijos, la otra la mira fijamente a los ojos. Es

SUPERHÉROES Un mensaje para Peter Parker

El Hombre Araña en el patio de casa “Al menos en teoría cualquiera de nosotros, un día de estos podría entrar a un laboratorio en que se críen arañas radiactivas” Después de ser mordido por una araña radiactiva Peter Parker adquiere superpoderes extraordinarios. De un lugar impreciso de la muñeca le brotan telas de araña fuertísimas, además le salen unas especies de ganchos diminutos en los dedos y en la palma de la mano, lo que le permite trepar paredes con una facilidad asombrosa. Es un chango de Nueva York, huérfano, criado por unos tíos que lo tratan como a un hijo. Vive en una casa de barrio común y corriente, nada del otro mundo. En su faz humana, digamos, es tímido, lento y algo retraído, lo que le trae algunos problemas a la hora de conseguir novia. Las chicas que le gustan están buenas, pero no son gran cosa. Juan va lanzando sus telas de araña por toda la casa, no sé por qué todavía no hay una madeja inmensa y viscosa impidiéndonos caminar. Lanza hacia un lado, “¡chhhsss!”, h

BAILE Historias entrelazadas en club

Imagen de ilustración Uno había ido por ir nomás y se enamoraba perdidamente en una noche y otro que esperaba hallar el amor de su vida, regresaba con las manos vacías y el corazón mustio Los bailes no eran cosa de todos los días, al menos en el pago de mi infancia y la juventud. En varios meses a la redonda nadie organizaba uno y de repente, para carnaval, había media docena en tres semanas. A veces iba un conjunto de la ciudad y entonces el club se ponía de bote a bote. Iban no solo los de la villa, sino también nosotros y los de varios pueblos vecinos. Atábamos el sulky y nos recomendaban que lo dejemos en la casa de un amigo, un pariente para cuide el coche, los arneses y el animal. En ocasiones iba toda la familia en la chata de tío Horacio, hasta la abuela llevábamos para que no quede solita. ¿Si quedaba alguien en la casa, pregunta?, ¿para qué?, ¿quién iba a ir tan lejos a robar unas cuantas sillas, un tinajón viejo y macetas hechas de ollas desfondadas? Las chicas bailaban con