Exquisitas sfijas La modernidad no debería terminar con las mujeres pasándose recetas de casa en casa Hay corrientes subterráneas, con viejas costumbres, formas y maneras de actuar, que se transmiten también en las ciudades de Santiago del Estero, porque no solamente del campo se alimentan las tradiciones. Entre las tantas prácticas que siguen dando vueltas, hay una que es amorosa, la de pasarse recetas de mano en mano, de olla en olla, de cocina a cocina, de casa a casa, de un siglo al siguiente. A veces ni siquiera son recetas completas, sino solamente “tips” para mejorar una salsa, airear una masa o que no se pegue el locro. En este tiempo en que las naranjas agrias de la ciudad cuajan el centro de Santiago con su redondo color, bueno es recordar que son mucho mejores que el limón, ya sea para macerar un pollo que luego irá al horno o a la parrilla, o también para dar gusto a las empanadas árabes. Quien las usa gana por partida doble, nadie se dará cuenta del cambio y se ahorra unos
Cuaderno de notas de Santiago del Estero