Bastan sus ojos para reconocerlo Nota que halla un pequeño defectito en lo que dice el sanjuanino en “Facundo” sobre el rastreador En el campo de la infancia ya se habían perdido quizás para siempre esas habilidades en la gente, como para para saber que un vecino era baqueano, otro rastreador, como dice Sarmiento, que también algo macanea en las descripciones del Facundo. Mucho más aquí en el tiempo, la gente tenía características algo cruzadas, dicho de otro modo, todos sabían un poco de todo, como sucede también en las ciudades. Todavía hoy, muchos campesinos saben matar, cuerear y despresar un animal, no solamente el que se dedica a carnear animales como medio exclusivo de vida. Cualquiera conoce el rastro de sus animales y no los confundirá con ningún otro y quienes han recorrido un camino, no se olvidan jamás por dónde fueron, qué hallaron por ahí o cómo hicieron para llegar. Lo mismo en los barrios. Por ahí los vecinos lo tienen a don Jorge como el que más se acuerda de los tiem
Cuaderno de notas de Santiago del Estero