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Mostrando las entradas etiquetadas como Bicho

ÉPOCAS La cosecha de Bicho

Jean-Thomas Ungerer (1931 1919) A veces en el pago los apodos surgen de un hecho casual, banal y se le pegan a uno hasta ser parte de su propia personalidad En el pago me dicen Bicho, Bichito. Tengo el apodo desde que íbamos a la uva. Nos venían a buscar después de las fiestas de fin de año y nos arriaban a todos: contentos porque sabíamos que trabajando duro volveríamos con plata como para tirar unos cuantos meses hasta que saliera otro trabajito. Al año siguiente, íbamos de nuevo, en una rueda que no se terminaría nunca, suponíamos. La primera vez que fui tenía doce recién cumplidos. Mi mamá quedó en casa con los hermanos más chicos. Mi tata dijo que ya estaba grande y tenía que dar una mano. ¡Claro que quería ir! Entre el chicaje siempre nos preguntábamos cómo sería conocer otro pago, otra provincia. Era como viajar a otro mundo, no sé si entiende. Ahí conocí lo que era trabajar duro. Los primeros días volvíamos al galpón que nos habían dado a los santiagueños y, muchas noches antes

LEYENDA Un bicho común y corriente

Suri Cómo se siente ser parte de la tropa y a la vez distinto, genéricamente igual a todos y con su propia individualidad Mi historia es la de un bicho común, un Fernández de la guía, que todos los días sale a buscar alimento y de noche halla cobijo en su casa, con su hembra, su prole, su esperanza, su sueño. Me duermo tranquilo y a la mañana siguiente me levanto para seguir en lo mío, igual que mis padres, mis abuelos, los padres de los abuelos y sus abuelos y así hasta el primero que anduvo a las disparadas por estos pagos. En el norte me dicen suri, en el sur soy avestruz. Soy pájaro y no vuelo, corro rápido y no soy corzuela, hago gambetas y no juego a la pelota. Si creo que hay una amenaza a lo lejos, me quedo quieto, confundido entre los pastos del saladillo, pero si veo que hay un conflicto que se viene salgo a la disparada. Eso de que hundo la cabeza en un hoyo son macanas, tonteras de periodistas y escritores que no saben nada. Si hiciera eso, lo más seguro es que me morderá l

FILOSOFÍA Lo que no existe en el mundo infantil

Monstruo de los niños Algunas expresiones de los chicos de Santiago tienen un sinsentido que quizás hunda raíces en pensamientos profundos Pareces bicho que no hay Y si hay Son muy poquitos Y fieritos ¡Como vos! ¿Qué es el surrealismo? Un movimiento literario y artístico surgido después de la Primera Guerra Mundial relacionado con las teorías psicoanalíticas cuyas obras pretenden ser una manifestación del subconsciente. El dadaísmo, por su lado, es un movimiento artístico, particularmente pictórico y literario que floreció durante la primera mitad del siglo XX, llamado así por sus fundadores de la palabra ´dada´, considerada como la primera articulación de un niño. Se caracteriza por la ausencia absoluta de cualquier significado racional en la creación artística. Las definiciones son de la edición abreviada del Diccionario de uso del español, de María Moliner. Los chicos oscilan entre el dadaísmo y el surrealismo en sus juegos y sus primeras manifestaciones. Los de Santiago, particula

LEYENDA La acatanca

Velay, animalito de Dios Como su nombre lo indica es un bichito que empuja bolitas de aca en los polvorientos montes de Santiago La acatanca, como su nombre quichua lo indica, es un bicho que empuja bolitas de aca en los montes polvorientos de Santiago. En el pago conocíamos de dos clases, las negritas, siempre trabajadoras y concentradas en su tarea y las voladoras, de colores brillantes, bellas y palanganas. Creo que no tiene leyenda, sin embargo, hace muchos años oí algo, como un runrún sobre su vida, en un lugar que no existe más y que si usted lo hubiera conocido, se enamoraba al instante, de tan bonito, fresco y hospitalario que era. Pero, le cuento, así conoce un poco más a este animalito. De siesta nos mandaban al nacional a esperar el ómnibus que venía de la ciudad, al chofer le comprábamos el diario para mi abuelo. Entonces, entre otras cosas, pillábamos acatancas para usarlas de parejeros en la pista de carreras de las profundas huellas que habían dejado los carros después d