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Mostrando las entradas etiquetadas como Morir

RESABIO Carta de un desvío

Ilustración Un vínculo que desafía las fronteras del afecto y arrastra al protagonista a un territorio incierto Ahora que ha pasado agua bajo el puente de la vida, no me importa que vayan con el cuento a mostrarte este escrito: durante dos años, después de nuestra última despedida, te soñé noche tras noche. Nos teníamos como antes, como debió haber sido hasta el final, porque habíamos planeado morir jóvenes. Poca gente recorre ese camino indemne. Son los tiempos modernos, que llegan para cambiarnos; la vida promete algo más allá y uno se entusiasma con hacer el trayecto en soledad. Todos creían que vos me habías dejado. Han pasado los años y lo voy a decir, total ya no importa, nadie nos recuerda juntos: te abandoné porque eras una compañía malsana, no me hacías bien y quería saber qué se sentía estar lejos de vos, algo que nunca habíamos hecho desde la primera vez que nos vimos. Me arrepiento de haberte conocido. Hice muchas tonterías en mi vida: me embriagué con el vino de la alegría...

PALABRAS Palmerín y Amadís no perecieron

Palmerín de Inglaterra Explicación: por qué morir y perecer no significan lo mismo, no son intercambiables a pesar de que llevan en sí, una idea muy cercana Querido tío: Espero que anden bien, yo también, con algunos dolorcitos en las piernas cuando me levanto a la mañana, pero son los años, que nunca vienen solos, como saben decir. Siempre nos acordamos de ustedes y aquí todos les mandan saludos y desean que pasen bien el próximo 17 de agosto fecha que, como usted sabe no es hoy, sino que este año cae el 21, por obra y gracia de la ley. Le cuento, anduve averiguando sobre algunas palabras, tal como me encargó. Le mando las conclusiones de “morirse”, no como una investigación acerca de la muerte sino sobre cómo usamos esa palabra y qué diferencias tiene con “perecer”. Espero que sepa apreciar mi trabajo y a vuelta de correo me diga qué le pareció. Usted sabe cómo aprecio su opinión. Bueno, ahí va. Morirse , como algo recíproco es, literalmente, dejar de vivir. Cualquiera diría que ahí ...

SOLUCIÓN La triste vida de los castrados

Castrados, en la vereda del mercado Unión, La Banda Contado en primera persona, la vida los animales domésticos castrados, puede ser una tortura Nuestra vida es, básicamente, nacer, crecer, reproducirnos y morir. La única parte realmente divertida es la reproducción. El resto es un complemento. Nos gusta, obviamente, que la gente nos acaricie, disfrutamos los juegos, nos encanta comer, saboreamos los huesos que nos dan a mascar. Pero, insisto, lo mejor es la parte de la reproducción. Como casi todos los animales, sabemos que ha llegado el tiempo porque las hembras despiden un perfume que inunda todo. Eso basta para activarnos el ansia de unirnos a ellas, y copular por supuesto, la mayor cantidad de veces que podamos, con una o con varias, lo mismo ta. Los que somos de la calle, debemos perseguir a una o a varias, a veces día y noche, durante extenuantes jornadas sin dormir y sin descanso, hasta que acepta a uno o a varios. ¿Si nos gusta ladrar? Lo hacemos porque tenemos miedo, nos sent...