Ir al contenido principal

PALABRAS Palmerín y Amadís no perecieron

Palmerín de Inglaterra

Explicación: por qué morir y perecer no significan lo mismo, no son intercambiables a pesar de que llevan en sí, una idea muy cercana


Querido tío:
Espero que anden bien, yo también, con algunos dolorcitos en las piernas cuando me levanto a la mañana, pero son los años, que nunca vienen solos, como saben decir. Siempre nos acordamos de ustedes y aquí todos les mandan saludos y desean que pasen bien el próximo 17 de agosto fecha que, como usted sabe no es hoy, sino que este año cae el 21, por obra y gracia de la ley.
Le cuento, anduve averiguando sobre algunas palabras, tal como me encargó. Le mando las conclusiones de “morirse”, no como una investigación acerca de la muerte sino sobre cómo usamos esa palabra y qué diferencias tiene con “perecer”. Espero que sepa apreciar mi trabajo y a vuelta de correo me diga qué le pareció. Usted sabe cómo aprecio su opinión. Bueno, ahí va.
Morirse, como algo recíproco es, literalmente, dejar de vivir. Cualquiera diría que ahí nomás termina la discusión, no hay más que decir de esta palabra, a otra cosa mariposa. Pero un diccionario de la biblioteca de casa, avisa que no es tan sencillo el asunto. ¿Por qué?, bueno. Morir es también tener pasión por alguna cosa, en cuyo caso rige la preposición por, como cuando se dice morir por el teatro, por la caza, por las mujeres. Se usa también con todas las otras acepciones del neutro.
Pero, ¿morir y perecer es lo mismo? Parece que no. Morir es acabar la vida, desatándose la unión del alma con el cuerpo, mientras perecer es dejar de ser después del padecimiento de cualquier daño, trabajo, fatiga o molestia de alguna cosa o persona. Morir es un efecto de una ley invariable por la que se rige la naturaleza, y perecer se aplica en los casos de violencia por un objeto extraño. Morir no señala, como perecer, una anticipación de la naturaleza o una desgracia imprevista.
Bueno.
Según Santos López Pelegrin Zabala, periodista, escritor y político español de principios del siglo XIX, morir es dejar de ser, perecer es recibir la muerte.

Leer más: En algunos casos la palabra viejo tiene un dejo despectivo, que no llega al agravio, aunque expresa un cierto desdeño o un menosprecio algo atenuado”

Morir es dejar de vivir, no supone otra idea que la simple cesación de la vida. Perecer es morir mal, supone conflicto, percance.
Por eso morimos de viejos, perecemos de hambre.
Se muere en la cama, al abrigo de la familia, del cariño, de la amistad; se perece en un calabozo, en un naufragio, en la horca.
El enfermo muere, el asesino perece.
El hombre nace para morir, es su destino, dada cierta combinación de circunstancias desgraciadas, no hay más remedio que perecer: es una desdicha, un castigo acaso.
Santa Teresa de Jesús, a quien los católicos dudan si admirar más por su talento o por su santidad, dice:
Vivo sin vivir en mí,
y tan grande vida espero,
que muero porque no muero.

Si en lugar de “muero porque no muero”, se pone “perezco porque no perezco”, es un despropósito, amigos. Si algo significaban esas palabras, es que la santa se hallaba en algún trance, en algún tormento en algún subterráneo, pero cree que la muerte es algo tan eufórico que ve en ella un pasaje para la bienaventuranza eterna.
En su Oda a la muerte de Jesús, Alberto Rodríguez de Lista y Aragón, sacerdote, matemático, poeta, periodista y crítico español, dice:
Muere: gemid humanos
Todos en él pusisteis vuestras manos.

Si se dice perece, en vez de muere, ya no podrá hablarse de Jesús porque no perece el que muere para revivir en la eternidad y en la veneración de todos los siglos; no perece quien redime al mundo, quien salva al hombre, quien cumple muriendo los más altos fines de Dios.
Si se da a las palabras el sentido que tienen en el español, no perece el santo, el sabio, el héroe; perecen los malvados. No perecen la fama, la gloria, la virtud, la esperanza y la fe; perecen los odios, las envidias, las calumnias, las ambiciones, las pequeñeces y las torpezas. No perece Jesús, perece quien lo sacrifica, quien lo mata.
Ya que se han citado autores españoles, va otro, Miguel de Cervantes Saavedra. Cuando el cura, el barbero, el ama y la sobrina celebraron el auto de fe con los libros caballerescos de don Quijote, dice el cura al maese Nicolás a propósito de la obra Palmerín de Inglaterra: “Digo pues, según vuestro buen parecer, señor maese Nicolás, que este y Amadís de Gaula, queden libres del fuego, y todos los demás, sin hacer más cala y cata, perezcan”. Ponga mueran en lugar de perezcan y resultará una frase absurda, porque no se trataba de que acabaran de buena manera, sino en el fuego que ardía en el corral. Dicho de manera más clara, no era cuestión de morir sino de perecer, porque perecer es morir quemado.
Dele saludos a la tía, digalé que mi mujer siempre la recuerda y espera muy amorosamente que uno de estos días venga a visitarla o se dé la ocasión de ir para allá. Se despide, su sobrino
©Juan Manuel Aragón
De Santiago del Estero, a 17 (o 21) de agosto, del año de Nuestro Señor del 2023

Comentarios

  1. Entiendo que "perecer" también aplica a los objetos para asignarles una propiedad de vida útil. Así tenemos alimentos y materiales que son o no son perecederos.
    Morir no es aplicable a objetos y cosas inanimados. Un yogurt puede perecer, pero no morir.

    ResponderEliminar
  2. Muy interesantes. Pero lo que más me asombra de tus notas ( no me pierdo ninguna) es cómo haces para que no te falten temas.
    P/D
    ¿Tienes contadas cuánto vas escribiendo?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

GENTILICIOS Cómo se les dice a los nacidos en Santiago

Santiago del Estero A continuación, una curiosidad, el nombre de todos los hermanos de América, cuyo origen es el mismo de los santiagueños (y una yapa africana más otra norteamericana al final) A Hebe Luz Para recordar que el mes que viene se celebrará la fiesta de Santiago Apóstol, va una lista de los gentilicios de todos los pueblos y ciudades de América que llevan su nombre. Esta lista solo menta las poblaciones con gentilicio documentado o establecido después de buscar en fuentes de internet, como Wikipedia y sitios gubernamentales. Argentina Los de *Santiago de Tucumán son tucumanos, los de Santiago del Estero son santiagueños. Bolivia Los de Santiago de Chiquitos son chiquitanos, los de Santiago de Huari son huareños, los de Santiago de Huata son huatenses, los de Santiago de Machaca son machaqueños, los de Santiago de Cotagaita son cotagaitenses, los de Santiago de Andamarca son andamarqueños, los de Santiago de Callapa son callapeños, los de Santiago de Huayllamarca son huayll...

MEMORIA La Banda no existe

La estación, imaginada por Jorge Llugdar Esa pretendida ciudad es solamente una creación colectiva de la imaginación de los santiagueños, sostenida en el tiempo y siempre activa La Banda no existe, es una creación imaginaria colectiva de los santiagueños que, en un esfuerzo inaudito de un espejismo colectivo, idearon un pueblo paralelo, con calles de nombres parecidos, casas, gente y hasta un ferrocarril propio. Algunas veces alguien que trabaja en un quiosco en Santiago, un médico, un gobernador, el empleado de un laboratorio de análisis, se proclama bandeño. Pero es sólo un chiste sobreentendido, eso lo saben todos. A muchos santiagueños les sucede que al cruzar el puente Carretero con un pariente o alguien de otra provincia, les dice: “Oye, ¿no era que había una ciudad aquí?”. Y hay que explicar de nuevo el asunto del establecimiento colectivo de una ciudad al otro lado del río, con una historia particular, leyendas, personalidades y hasta personajes populares. Algunos sostienen que...

1996 CALENDARIO NACIONAL Curutchet

Ricardo Curutchet El 3 de julio de 1996 murió Ricardo Curutchet, abogado, periodista, militante católico y director de publicaciones nacionalistas El 3 de julio de 1996 murió Ricardo Federico Curutchet Oromí. Fue abogado, periodista, militante católico y director de publicaciones nacionalistas. Había nacido el 6 de marzo de 1917 en Buenos Aires. Fue hijo de una familia vinculada a la historia argentina, siendo tataranieto por vía materna de Cornelio Saavedra, figura clave en la Revolución de Mayo. Creció en un aumbiente que le permitió acceso a una educación sólida y a influencias culturales e históricas. Estudió en el Colegio del Salvador, en el que, desde joven mostró interés por el nacionalismo argentino. En 1933, apadrinado por Juan E. Carulla, fundó y dirigió la Acción Nacionalista de Estudiantes Secundarios, una agrupación que marcó su ingreso formal a la militancia nacionalista. Posteriormente, se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires, integrándose durante esos añ...

SUBVENCIONADA Activista simula masturbarse en un templo (con vídeo)

Simulando actos indebidos trepada al altar Ane Miren Hernández Unda burla la fe católica, simula actos obscenos en el altar y desata indignación con su provocación Este fin de semana, la activista vasca Ane Miren Hernández Unda, conocida como Ane Lindane, desató una fuerte controversia al protagonizar un acto de profanación en la iglesia católica de Saint-Laurent d’Arbérats, en la región de Soule, Francia. El incidente ocurrió durante el festival Euskal Herria Zuzenean, respaldado por instituciones locales que utilizó el templo, no desacralizado, como escenario para actividades que han generado indignación entre la comunidad cristiana. Hernández Unda, nacida en Barakaldo en 1988, es una figura habitual en medios como la radiotelevisión pública vasca ETB y en Canal Red, el proyecto mediático liderado por el dirigente político Pablo Iglesias. En un vídeo que la mujer difundió en intenert, se la observa subiendo al altar de la iglesia, profiriendo gritos blasfemos y simulando actos obscen...

MADRUGADA Rito en la penumbra

Madrugador Un mate que susurra en la noche, tejiendo soledades y verdades en el silencio de las horas que no duermen No es el mate de las ocho, compañero de tostadas crujientes, ni el que pasa de mano en mano entre risas y migas de bizcochitos. El de la madrugada es de otra estirpe, susurro en la quietud, secreto que no se comparte. No obedece al reloj ni a la costumbre; surge como un destello, es un faro para el que navega en la noche. Cuando la casa duerme y la ciudad apenas respira, alguien se levanta, enciende el fuego y escucha el murmullo de la pava, un canto antiguo que conoce de memoria. Este mate no se apura. No se ofrece, no espera compañía. Medita, que abraza al insomne, al que lee hasta que las palabras le queman los ojos, al que hurga en fotos viejas o garabatea ideas que se resisten a ser atrapadas. Lo ceba quien llora en silencio, quien ríe en su interior o quien simplemente mira la noche, buscando algo que no nombra. Es una ceremonia sin reglas escritas, pero con su pro...