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Mostrando las entradas etiquetadas como Morochas

ESPEJO Blancas arenas

Playa, mujeres, cocoteros “En una de las mesas de la vereda de un bar que parece muy antiguo, hace señas al camarero de que quiere un vino blanco, bien helado” El hombre piensa en una playa de arenas blancas, repleta de hermosas mujeres y alguna que otra palmera que aquí y allá, hacen que la vista sea más agradable. Un suave sol, como el de este otoño en Santiago, quiere calentar el ambiente feliz, mientras allá a lo lejos la mar conversa con un solitario velero. Una chica envuelta en un pareo le trae una naranjada dentro de una piña, artísticamente colocado. Las chicas en pareo son las mozas del hotel en que se hospeda, todas morochas como a él le gustan, bellísimas bajo sus negras pestañas. Ahora camina por los alrededores del hotel, es un pueblito de pescadores que hablan un idioma que no entiende, salpican algunas palabras con algo de inglés y francés. Pareciera que el tiempo lleva otra manera de mover las cosas en esa isla del otro lado del mundo. El hombre tiene puestas sus alpar...

HISTORIA Las amapolas del tío Vichi

Amapolas, cultivo prohibido Esto le sucedió a un hombre que tenía una afición desmedida por los gallos Un año descubrimos que el tío Vichi había hecho desmontar media hectárea del campo de mi abuelo, cerca de la casa, pero por un camino que casi nunca usábamos. Dijo que quería sembrar maíz pishinga para los gallos de riña. Como el abuelo, la abuela, mi madre y las tías se opondrían y no quería andar peleando con nadie, dejó el proyecto sin terminar. Con la que menos quería discutir era con mi mamá, que lo tenía cortito para que no se mande macanas, como la vez que quiso cambiar una camionada de leña para panadería que traían del naciente, por el Bonora, el parejero preferido del abuelo. “Decime infeliz, para qué quieres la leña, si no sabes amasar ni para hacer un bollo”, le averiguaba, enojada, mi madre. “Pensaba que por ahí podría empezar a iniciarme en el rubro del pan francés y los bizcochitos”, respondió. Mi mamá contaba después que por un pelito se salvó. “Le iba a desatornillar...