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Mostrando las entradas etiquetadas como Amor

RELACIONES Amor a prueba de balas

Pampita Abraza sus rarezas y las tuyas con garra: solo así forjarás un amor épico que resistirá todo Si alguien dice: “Amo a mi mujer, aunque sea gritona, hable mucho o no sepa cocinar”, tal vez no la ama de verdad. En ese caso, parece que uno se ama a sí mismo en el reflejo de ella. Porque los defectos —los de ella y los propios—siempre están ahí, son parte del combo. Hay que aceptar que, si vienen de lo más profundo, no desaparecerán por mucho esfuerzo que se haga. Lo mejor, aunque no soy experto en estos temas, es quererla precisamente por esas manías, ponele, no a pesar de ellas. Si sus caprichos te resultan insoportables y sientes que no podrás seguir a su lado, dejala. Esa mujer no es para vos. Imagina que sos un tipo sencillo, conforme con tu vida sin lujos, tranquilo en la mediocridad de un barrio cualquiera. Ella sueña con alguien que le dé una vida que no puedes ofrecer. Si ceder te hace sentir menos, es hora de decir adiós. Imaginá que Pampita te da algo de bola. No es para ...

CUENTO Un amor desde las sombras

Mujer, imagen de archivo Nunca supo si se daba cuenta de que él la observaba, digamos de manera furtiva, con un dolor incurable en el pecho Le gustaba esa mujer como nunca le había gustado otra en toda su vida. Siempre la había observado desde las sombras, fantasma de fantasmas de un amor imposible. Parecía culta, creía que tendría una conversación agradable y la imaginaba con una personalidad tersa, sin muchos vericuetos abruptos. Se conformaba con cruzarla por la calle y a veces, saludarla amable pero lejanamente. Podría haber sido un amor oscuro, como un siniestro personajes de película norteamericana de terror o de angustia, que espera el momento propicio para mandarse alguna macana con la chica, secuestrarla o algo. Pero él era más bueno que el pan así que olvidesé, si busca algo así no sucederá en este relato. Nunca supo si se daba cuenta de que él la observaba, digamos de manera furtiva, con un dolor incurable en el pecho. Y desde siempre estuvo seguro de que jamás lo sabría, po...

CUENTO Lo que le pasó al Negrito

Buenos Aires de nochecita “Recuerdo que pensaba dormir todo el camino y no paró de parlotear desde que salimos de la Terminal vieja…” Jamás he contado aquello que le sucedió al Negrito Gutiérrez la vez que fuimos a Buenos Aires, por pudor ajeno más que nada. Porque los amigos, si uno dice que son amigos verdaderos, de esos que regala la vida muy de vez en cuando, no se traicionan nunca. Andar contando sus secretos es cosa de maricones, eso no se hace. Le digo, aunque nunca me pidió que me quedara callado, hay códigos que se respetan a muerte. En ese tiempo éramos jóvenes, teníamos la vida por delante y fuimos a la gran ciudad, él a buscar trabajo y yo tras las huellas de un imposible amor que, le adelanto desde ya, me dio el olivo, es decir que me dijo chau, chau adiós el primer día que llegué. La mocedad tiene esas cosas, uno es capaz de viajar miles de kilómetros para ver, tocar, oler, algo que quizás tiene a la mano a la vuelta de la casa, no sé. Pero se hace ilusiones con lo que lo...

NARRACIÓN Todos los días lo mismo

Imagen de archivo En Balcarce anduvo en la desflorada; en Catamarca y La Rioja para el tiempo de la aceituna, Mendoza y San Juan, la uva Antes de romper el alba aparta las colchas, silenciosa y sin pereza. Se viste, después de lavarse a las apuradas, agarra los tachos, la manea, el lazo, y enfila para el corral. Primero mete las vacas. Después va soltando, uno a uno, los terneros. Cuando toman el apoyo los ata en el algarrobo y ordeña baquiana, con una precisión que le llega en la sangre. Todas las mañanas igual, de lunes a lunes, de marzo a octubre. El verano no sirve, dice, porque el calor la echa a perder. Al volver despierta a los chicos para que vayan a la escuela. Ellos creen que es natural que haya tortilla o pan y una taza de leche caliente a la que a veces le arrima un leve color café con la cascarilla que compra en el pueblo si le sobran algunas monedas. Él anda de cosecha en cosecha, a veces regresa con plata, otras ocasiones no gana mucho, deja lo poco que ha ganado en la c...

TEMPERATURA Los santiagueños aman el calor

El aire acondicionado nocturno de antes Es la conversación favorita de todo el año, venga o no venga a cuento, invierno y verano, de enero a enero y si no está, lo extrañan El amor que sienten los santiagueños por el calor desde hace varios años, quizás desde el principio de los tiempos, viene superando los límites del entendimiento humano. Es increíble, inaudito, nunca visto, el extravagante cariño que le tienen al calor. Se esfuerzan, a como dé lugar a sentirse siempre acalorados, molestos, fatigados, sudados, pegosos, mal. Para saludarse no dicen: “Buenas tardes, ¿cómo estás?”, sino: “Buenas tardes, qué calor”, la cortesía indica que, a su vez, el otro responda: “Sí, pero mañana va a hacer más”, y se cierra el diálogo con un contundente: “Vamos a arder”. Después de toda esta introducción, el ama de casa educada recién le pedirá al verdulero una oferta de papa, medio kilo de tomate, aquel pimiento que parece tan rico o una sandía. El santiagueño se regodea con el calor, lo persigue a...

NOTA Audelina y la Almamula (las cadenas de Tarzán)

Foto de archivo de madre e hija Un verano que no había noticias en el diario, una mujer llama para decir que ella ha sido el famoso espanto: por qué no se publica la noticia “Tuve relaciones con el cura de mi parroquia, un muchacho bien puesto, inteligente y simpático”, dijo doña Audelina, tranquilamente, como si estuviera contando lo que había conversado con el carnicero esa misma mañana. No sé si le ha sucedido, que cuando un viejo narra sus aventuras juveniles, uno querría reconocer en esa misma persona, los rasgos de antaño. “Ese tiempo me insistió tanto que al final terminé diciéndole que sí”, siguió contando. La atendíamos muy serios, concentrados, mientras la vieja nos pasaba el mate. Si no cree pregúntele a Chito Cáceres, del barrio Smata, que fue conmigo esa vez y que no va a desmentirme. En ese momento trabajábamos en el diario. Yo me hacía el periodista mientras él laburaba de chofer, de ayudante de los changos que hacían policiales y era hombre de confianza de los dueños. L...

NOVIAZGO Un resto de pudor femenino

Zapatos de mujer “Una ocasión la quise espiar mientras se bañaba: dejó sus prendas en una sillita, aflojó el grifo del agua y antes de entrar a la bañera…” No se sacaba los zapatos. Cualquier cosa hacía por mí menos sacarse los zapatos. Cuando le preguntaba por qué, me decía con tono de bolero: “Dejame que tenga un resto de pudor, de recato para mí, lo demás te lo he dado todo”. Así pasamos varios inviernos, yo amándola con desesperación, ella creo que también, sólo que no se sacaba los zapatos ni cuando suspiraba nuestro amor entre las encendidas sábanas. Los conocidos quizás decían “mirá que linda pareja”. Para su familia y la mía, habíamos alcanzado en brazos del otro “la cumbre del remanso”, según dijo una tía suya en un oxímoron destemplado. Pero lo que había comenzado como un capricho suyo, como una ocurrencia, se había hecho una obsesión. En todo estaba de acuerdo conmigo. Si quería ir al cine sólo tenía que decírselo, cuando la invitaba a la pizzería iba con gusto, caminar a mi...

LEYENDA El tortugo astudo

Tortugo con astas Que cuenta cómo fue que un falso amor floreció en el bosque y cómo se dieron cuenta los ancianos de que dos almas estaban perdidas La historia que se va a contar aquí sucedió realmente, por lo que es posible que su autor deba cambiarle el título. A veces en una sola palabra se resume toda la tontería de que es capaz un ser vivo, concentra la estupidez y confirma que la colonización del espíritu es una de las maldades más ruines que es dable esperar de un aparato. Resulta que al Zorro gustaba enormemente la Tortuga, pero por esas cosas de la vida, nunca le había confesado su amor. Una vez la fue a visitar, pero justo cuando estaba en la casa, llegó el Tortugo y entre los dos le mintieron que él estaba pasando cerca, sintió sed y entró a pedir un vaso de agua. En otra ocasión, la topó en un cruce de caminos, pero él andaba disparando de unos perros, así que se saludaron a las apuradas y él siguió corriendo. También se encontraron en el cumpleaños del león, pero había ta...

1924 ALMANAQUE MUNDIAL Poemas

Portada de una edición de Veinte Poemas de amor y una canción desesperada El 15 de junio de 1924, se publica Veinte poemas de amor y una canción desesperada, del chileno Pablo Neruda El 15 de junio de 1924, se publicó Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda. Era un poeta, diplomático y político chileno que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971. Había nacido el 12 de julio de 1904 en Parral, Chile, como Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto y murió el 23 de septiembre de 1973 en Santiago. Es quizás el poeta latinoamericano más importante del siglo XX. Era hijo de José del Carmen Reyes, trabajador ferroviario, y Rosa Basoalto. Su madre murió al mes de su nacimiento y dos años después la familia se mudó a Temuco, pequeño pueblo al sur de Chile, donde su padre se volvió a casar. Neruda fue un niño precoz que comenzó a escribir poesía a los 10 años. Su padre trató de disuadirlo de escribir y nunca se preocupó por sus poemas, por lo que probablemente el jove...

INUNDACIÓN Rayos y centellas

Mujer que llora, Pablo Picasso El llanto es un aluvión que no deja nada en pie, como le sucedió a la mujer del cuento que sigue a continuación Siempre andaba inundada de lágrimas de un dolor inconmensurable en el pecho. Un gran paquebote antiguo hubiera navegado por su casa, sin tocar fondo, yendo del living a la cocina y de ahí al patio sombreado por la parra bajo cuyas hojas el amor perdido alguna vez interpretó endechas en la guitarra, solamente para ella. Lloraba porque se le había mandado a mudar a otras islas quizás más felices, ese hombre con el que había soñado vivir una existencia feliz, criando hijos, viéndolos crecer y llegar a una vejez sin sobresaltos. Sus lágrimas eran gotas de lluvia insistente, pertinaz. De haber nacido en tiempos bíblicos, le habría correspondido ser la Magdalena que —según decía el cura en el catecismo —lavó con sus sollozos los pies de Nuestro Señor. De mañana temprano, sus ojos tristes paseaban en el ómnibus que la llevaba al trabajo, atendían al pú...

1883 CALENDARIO NACIONAL Carriego

Evaristo Carriego El 7 de mayo de 1883 nace Evaristo Carriego, reconocido poeta El 7 de mayo de 1883 nació Evaristo Francisco Estanislao Carriego, en Paraná, Entre Ríos, Argentina. Fue un reconocido poeta que murió el 13 de octubre de 1912 en Buenos Aires. Se crió en una familia con profundos vínculos en Entre Ríos, descendientes directos de Hernán Mejía de Mirabal (conocido como "El Bravo"), uno de los fundadores de la ciudad de El Barco, que luego fue Santiago del Estero. Sus padres fueron Nicanor Evaristo Carriego Ramírez y María de los Ángeles Giorello. Su abuelo paterno, José Evaristo Carriego de la Torre, del cual Carriego guarda memoria en su relato "Recuerdo de mi tiempo", fue un periodista y legislador que se distinguió por su posición controvertida, como lo relata Jorge Luis Borges en su obra "Evaristo Carriego". Durante su infancia se trasladó con su familia al barrio de Palermo en Buenos Aires, específicamente a la calle Honduras entre Bulnes y...

RELACIONES Cuando el amor es davueltado

Hombre y mujer “El tipo se muestra llano, sin problemas psicológicos a la vista, no viene con el peso de una ex, cargosa, fastidiosa y con una historia truculenta que levantar” Hay veces, no sé si le ha sucedido, en que un pestañeo de una mujer es la diferencia entre la conclusión de una relación y el comienzo de un malentendido que quizás podría durar años. Porque cuando una mujer no quiere, no quiere, y no le busque la vuelta, no habrá quién la mueva de ese lugar, así pasen los siglos de los siglos. Pero también suele suceder que, en un trivial instante, todo cambia y se da vuelta, el mundo se pone patas para arriba y todo podría comenzar de nuevo, flamante y davueltado. Si no, oiga la siguiente historia. Le cuenta a una amiga que es amoroso, la hace reir, es atento, tienen gustos parecidos, pero hay algo que no termina de convencerla. ¿Qué?, no lo sabe. Son cosas que suceden o no suceden, ¿ha visto? El chispazo, la mirada repentina que le hace comprender que está frente al hombre de...

RECORDACIÓN Elvio Aroldo Ávila, el terror de El Liberal

Elvio Aroldo Ávila En memoria de un hombre dedicado a la docencia, la política y la familia, con pasión militante y amor por la patria Por Alfredo Peláez Era el terror de la vieja redacción de El Liberal, integrada casi en su mayoría por maestros de escuelas. También había audaces solo con estudios primarios. Elvio Aroldo Ávila, hombre serio, con cara de pocos amigos, se presentaba dos o tres veces a la semana, con unos diarios, una lapicera roja en la mano, y como un maestro de grado en su clase, se paraba en el centro de la redacción y preguntaba: "Quien escribió esto". Identificado el escriba, remataba: "Esta mal...muy mal". Y atacaba los sustantivos, adjetivos, acentos, cacofonía, errores ortográficos. Andá a llevarle la contra. No era empleado. Amigo de la casa que llevaba el magisterio en la sangre. Nació en La Banda, Santiago del Estero, el 3 de octubre de 1923. Se recibió de maestro normal nacional en la escuela normal de profesores “Manuel Belgrano” de la ...