Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Plata

TRAIDOR El árbol, la cuerda, el gollete

El beso de Judas “Envidian lo que he conseguido: desde el respeto de las autoridades hasta el saludo siempre sonriente de mi vecino” No me vengan con que la ingratitud no es el mejor recurso para escalar posiciones. Qué saben. Hubo un tal Mateo que dijo que me colgué, luego de una de mis más famosas traiciones, pero ¿creen que sería capaz de matarme después de traicionar como lo hice? Están locos. Hubo alguien que inventó lo del árbol, la cuerda y mi gollete entregado a la muerte. Le convenía para que la historia cerrara como debía cerrar, con una moraleja. La verdad es que no me colgué, como lo puede comprobar, amigo, aquí estoy, vivito y coleando. Ya me vé, disfrutando de la riqueza que conseguí aquella vez. Por las dudas me cambié de nombre, disimulé mi aspecto y me mudé de pueblo. No iba a ser tan tonto de seguir viviendo allí, luego de aquello. Luego me dediqué a la gran vida, las mujeres, el vino, el juego. Nadie me ha molestado nunca. Es mentira que me arrepentí. Cómo me voy a a...

CUENTO Un fuego, le digo

Imagen de ilustración “Cuando la tarde empezó a morir, me recosté en un alambrado mirando el gentío que, a esa hora, se empezaba a dispersar” En una riña de los Galván gané dos mil pesos, apostados a un gallo giro de mi compadre Eudoro. Diga que no lo levantó cuando lo llevaban mal, porque en un final de bandera verde, de dónde sacaría fuerzas, no sé, pero le tiró un puazo al otro, le atravesó un ojo y lo dejó tendido, aleteando en el piso. Ni para sopa serviría. Cosas que pasan, a veces se gana, a veces se pierde. A pesar de que había agarrado buena plata, a la postre salí empatado. Eran dos mil pesos de hace diez años, cuando la plata valía. Ese día los ojos se me querían escapar detrás de una morocha, hija de un hermano de Galván, el organizador: la anduve relojeando desde temprano. Según colegí, estaba sola, no tenía novio ni marido dando vueltas ni anillo que lo denunciara. La observé atareada todo el día, primero al otro lado de la casa pues ahí se arremolinaban el mujerío prepar...

APOSTILLA Aquí se censura a un “Anónimo”

El comentario de don "Anónimo" Esta acotación casi al margen es para un pícaro que fustigó a este blog, porque supuestamente lo censuraron Un caso curioso es el de un enojado lector de este blog. Borrarle el comentario sería tarea facilísima empero, hasta el momento, nunca se suprimió ninguno. Pero algunos, seguramente analfabetos digitales (nada grave, solamente no saben manejar esto de las redes, el telefonito, internet), me culpan de suprimir sus candorosas e inofensivas apostillas. Nunca lo hice, ni aun cuando me insultaron personalmente. Aquí se consigna mi nombre y apellido, mientras muchos que lo hacen sin dar sus señas particulares, sostienen, erradamente, que soy un censurador a quien el gobierno le pone plata para extirpar sus acotaciones. Seas quien fueres, estimado “Anónimo” —tu nombre me tiene sin cuidado —te animo a que hagas un planteo parecido en El Liberal, Nuevo Diario, Diario Panorama, Canal 7, LV11, Radio Nacional o en las emisoras de frecuencia modulada d...

1592 AGENDA PROVINCIAL Victoria

Fray Francisco de Victoria El 9 de noviembre de 1592 muere Francisco de Victoria, religioso dominico, primer obispo de Santiago y autor de la primera exportación de estas tierras El 9 de noviembre de 1592 murió Francisco de Victoria. Fue un religioso dominico nacido en Portugal cerca de 1540, uno de los que introdujo el cristianismo en América. primer obispo de estas tierras de 1578 hasta que se murió y promotor de la industria local. Se sabe poco sobre sus orígenes, aunque se presume que pasó su infancia en España, a pesar de haber nacido en Portugal. Su familia, de origen castellano, era judía, pero se convirtió al catolicismo debido a las órdenes de expulsión de los judíos de España. Este dato aparece en las fuentes jesuitas, ya que Victoria mismo declaró que tenía parentesco con el padre Diego Laínez, el segundo general de la Compañía de Jesús, quien también era considerado un cristiano nuevo. En su juventud, en busca de mejores oportunidades, Francisco de Victoria se trasladó al V...

CARTA Pedido a mi hija

Hombre leyendo El autor transita un largo rodeo para contar un prejuicio que tiene contra cierta gente Hija querida. Voy a dar un rodeo para explicarte un asunto que no me deja dormir, prácticamente desde que naciste. Es algo que me desvela, me tiene mal, me hace despertar por las noches sudando frío. Es lo siguiente. Muchos saben que, si se van a vivir y a trabajar a Europa, es muy posible que allá les digan “sudacas”. Por estos pagos pocos han oído la palabra, por eso aquí no es un insulto ni es nada. No tiene ningún significado. En la Argentina, en realidad, hay 40 y pico de millones de sudacas que, si les dicen que ese será su nombre apenas consigan un trabajo de albañiles en Valencia ni se mosquearán y agarrarán viaje. Les dará lo mismo que los llamen así en España, Francia o Portugal. O la Conchinchina, si viene al caso. Algunos judíos dicen que somos goy. No sé si es un insulto o solo una referencia para quienes no tienen esa religión. Pero, sabes qué, me resbala, de la misma ma...

ÉPOCAS La cosecha de Bicho

Jean-Thomas Ungerer (1931 1919) A veces en el pago los apodos surgen de un hecho casual, banal y se le pegan a uno hasta ser parte de su propia personalidad En el pago me dicen Bicho, Bichito. Tengo el apodo desde que íbamos a la uva. Nos venían a buscar después de las fiestas de fin de año y nos arriaban a todos: contentos porque sabíamos que trabajando duro volveríamos con plata como para tirar unos cuantos meses hasta que saliera otro trabajito. Al año siguiente, íbamos de nuevo, en una rueda que no se terminaría nunca, suponíamos. La primera vez que fui tenía doce recién cumplidos. Mi mamá quedó en casa con los hermanos más chicos. Mi tata dijo que ya estaba grande y tenía que dar una mano. ¡Claro que quería ir! Entre el chicaje siempre nos preguntábamos cómo sería conocer otro pago, otra provincia. Era como viajar a otro mundo, no sé si entiende. Ahí conocí lo que era trabajar duro. Los primeros días volvíamos al galpón que nos habían dado a los santiagueños y, muchas noches antes...

EXPRESIONES Y barra o

El abrazo del diablo Hay veces en que algo que a todas luces está mal dicho, por alguna extraña razón, en un momento se convierte en español puro y limpio Los problemas de plata se arreglan con plata, problemas del lenguaje se arreglan con lenguaje, según dicen. Es que hay palabras que son malsonantes, sobre todo cuando están encima de un papel, no es que estén bien o mal escritas, porque no hay reglas para ellas, sino que suenan mal, como de analfabeto. Una de esas boberías que dice o escribe la gente es el famoso “y/o”. No amigo, cuando es “y” se escribe “y”, y cuando tiene que ser “o” debería escribirse “o”. Si es una u otra, una posibilidad que cabe perfectamente, póngalo de otra manera, busque cómo decirlo, pero no someta a sus lectores a ese “y barra o”, que suena tan estúpido, perdonando la palabra. Claro que toda regla tiene sus excepciones. Pero eso hay que contarlo completo, de otra manera no se entenderá bien. Ahí va. —Poné la mosca —lo apuró el tío aquel a quien debía unos ...

VISITAS Llegaron los vikingos

Los vikingos Nunca había pasado por estos pagos ni el recuerdo de gente de otro lado, de pronto vinieron esos rubios que nos enseñaron las señales Los vikingos llegaron un buen día cuando estábamos tranquilos, en nuestras cosas, sin esperarlos a ellos ni a nadie, porque por aquí jamás había pasado ni el recuerdo de gente de otro lado. Traían chafalonías que les cambiamos por cacharritos de barro, llaveritos, recuerdos para la familia, esas cosas. Preguntaron si teníamos oro, plata, piedras preciosas: les respondimos que aquí en Santiago se conocían de mentas, pero nunca habíamos tenido y, de última, para qué, si no teníamos a quién venderlo ni fiestas para usar esas cosas. Dijeron que se quedarían un tiempo y luego seguirían viaje. Averiguamos si traían algo para enseñarnos, dijeron que lo único que podríamos aprender de ellos era un sistema para poner señales en los caminos. Nos hicieron entender primero qué eran caminos, porque no conocíamos. Luego tallaron un pie enorme en una pied...

CUENTO Papá ratón (Con anti moraleja tácita)

Ratón al crochet Aquí se cuenta qué sucede cuando los roedores son pequeños y pierden los dientes de leche, quién les pone un billete bajo la almohada Cuando los ratones son pequeños y pierden los dientes de leche, los ponen bajo la almohada, luego viene un hombre, Juancito Pérez, se lo lleva y deja un billete que le alcanzará al ratoncito quizás para comer un poco de queso del bueno o de máquina, como lo llaman. Tal le entregue la plata al Papá Ratón para pedirle que le compre un buen libro, cuyas hojas degustará todos los días como dulce golosina: puede ser un texto de filosofía, de historia, de matemáticas, pero los más sabrosos suelen ser los de poesía, preferentemente sonetos. Los ratones, como se sabe, viven en las orillas de la humanidad y son despreciados, combatidos, execrados, odiados, vilipendiados, alejados a toda costa. Su presencia indica a los hombres que algo han hecho mal, hay mucha basura tirada, no limpian, dejan mucha grasa en las paredes y los pisos, no lavan los p...

SURF El invisible viejo pasa como una leve brisa

Olaechea y 9 de Julio, camioneta de Vialidad de la Nación, parada más allá de la bocacalle, el miércoles “Si alguien preguntara por él, nadie sabría dar cuenta de su cara, su ropa, su peinado” A Rubén Bonet Una curiosidad, al menos en Santiago, nadie mira a los que van en bicicleta, eso que casi ninguno lleva casco y —menos que menos— se protegen de la mirada del prójimo con vidrios polarizados. Al menos si alguien va en una bicicleta normal, sin cambios, las llantas algo herrumbradas y el asiento envuelto en plásticos porque, o ya no vienen esos modelos antiguos para cambiarlo o no alcanza la plata para comprar uno nuevo. Tampoco lo reconocerán los amigos y conocidos, si es “El Viejo que va en Bicicleta, con una Gorra Modelo 1950”, estorbando el paso de automóviles, colectivos, motocicletas, monopatines o simples peatones, transeúntes llanos digamos. Quizás piensen que no tienen nada que ver con el pobre infeliz que ni siquiera tuvo dinero suficiente como para comprarse un ciclomotor....