Antiguo bidet "a mano" Una crónica sobre la influencia del bidet en la cultura de los argentinos, con explicaciones sobre su supuesto mal uso y un lamento por su próxima eliminación Como esos parientes que quedan asociados para siempre a una anécdota lejana, el bidet llega a los argentinos desde Francia, un lugar en el que ya no existe o, al menos, no es tan popular como se supone en estos pagos. Su nombre es más que apropiado, dicen que los franceses llamaban así a caballos que eran más pequeños que un pony y que, en un principio era un objeto tan lujoso que había sólo en la casa de algunos pocos nobles ricos, que estaban en el secreto de su conocimiento. Es un aparato esencial en la vida de muchos argentinos medios, al menos tanto como el jabón Federal para lavar la ropa, el trapo de piso, el mate y la bombilla o la biblioteca del living, con el “Lo sé todo”. Muchos de quienes viajaron a Francia no hallaron este artefacto en el baño del hotel y, como siempre que falta, sufr
Cuaderno de notas de Santiago del Estero