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Mostrando las entradas etiquetadas como Luto

TIEMPOS La muerte venía marchando

Carroza fúnebre (foto archivo) Los velorios de antes, sus costumbres, sus ritos, el luto, las carrozas, la viuda, los chistes y cuentos, el tarjetero y, por supuesto, el folklore En aquellos tiempos (in illo tempore), uno se enteraba de que en una casa había un finado porque en la puerta instalaban un tarjetero con una lapicera para que cada uno fuera poniendo su nombre y dejando constancia de que había estado. Una tarde cualquiera, a medida que iba llegando, se alarmaba: —Ahí vive Albertito, ¿será él? —pensaba. Cuando estaba ahí, desde la entrada nomás averiguaba: —Pero, ¿qué ha pasado? Alguien, con voz resignada, le informaba: —Se nos fue Alberto. Preguntaba entones: —¿Albertito? —No, el papá, don Cacho. Mis padres alquilaban una casa, que se conserva tal cual, en el barrio San Martín, de La Banda, Belgrano 1357. Entre los borrosos recuerdos de la infancia, una tarde vi pasar la carroza de la pompa fúnebre, tirada por al menos cuatro caballos y un señor vestido de negro en lo alto de

FECHAS La Semana Santa de antes

Imagen de Nuestro Señor  en la Cruz,  en el templo de San Francisco, en Santiago La gente de antes sabe lo que era la Semana Santa cuando la sociedad creía en algo distinto que en las cosas materiales Los más viejos se han de acordar mejor cómo era la Semana Santa de antes, los templos con las imágenes cubiertas de velos morados, las calles desiertas y las radios pasando música sacra. No se hacían fiestas, muchos salían a la calle de luto, el Vía Crucis convocaba a multitud de fieles lo mismo que la visita a las siete iglesias, una romería repleta de graves murmullos. Una gran mayoría de la sociedad creía realmente que Jesucristo moriría en la cruz el Viernes Santo y resucitaría el Domingo de Pascua. La Iglesia Católica sostenía esa verdad fundamental de su dogma. Después se fue deslizando a opinar que todo era una representación más o menos fidedigna de lo sucedido en Jerusalén hace miles de años. Y hoy hay pocos curas que creen todos los años Nuestro Señor Jesucristo vuelve a entrega