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Mostrando las entradas etiquetadas como Gritos

DESCRIPCIÓN Feroces bucaneros

Feroces en las batallas Cualquiera conoce a los individuos presentados en esta crónica, sólo tiene que hacer memoria para recordar a alguno o mirar a su alrededor y ahí estará Solitos, ¿eh?, cargan contra cualquier enemigo que ose cruzarse en su camino, se comen los vientos, cruzan lanzas, escupen improperios, matan disidentes, organizan defensas, arrebatan banderas, levantan la moral de la tropa, vuelven caras hacia el opresor, se pintan el rostro, animan a los propios en lo peor de la contienda, cortan cabezas, dividen la retirada de los que abandonan el campo, incendian maizales, protegen el vivac, organizan contraataques, distribuyen vituallas, sostienen escudos, pactan treguas, reparten mandobles, gritan de furia para espantar a los contrarios, trepan muros de los castillos, sacan fuerzas de flaquezas, hacen guardia bajo las estrellas. Andan por este pacífico mundo, en Santiago del Estero, Samarcanda, Rosario de la Frontera, Japón, Buenos Aires o las Aleutianas cargados de armas c...

TEORÍA La teridad de los teros

Un carancho en la costanera nueva Los caranchos fueron los grandes culpables de que se terminaran muchos teros que volaban por la costanera nueva, pero algunos zafaron, sepa aquí, por qué Apenas se abrió la nueva calle costanera del parque Aguirre para el sur, comencé a transitarla en bicicleta. Muy linda, con una senda espectacular, de punta a punta, para los que van pedaleando. Entre las curiosidades de ese primer tiempo, figuraban los teros. Primero eran poquitos, luego fueron aumentando y se hicieron bandadas bastante grandes, daban un gran espectáculo y son bonitos, alegres y pareciera que lo saludan a uno. Entonces empezaron a llegar, muy de a poco, los caranchos. También al principio era unos cuantitos hasta que se hicieron muchos. En unos escasos seis meses, quizás menos, terminaron con las grandes bandadas de teros, casi las terminaron del todo. Ahora no hay tantos caranchos y tampoco hay tantos teros, como que se equilibraron. Esto me llevó a una pregunta: ¿por qué sobrevivie...

SANTIAGO Se viene una revolución sin balas

Reloj en hora No habrá gritos ni palabras ni gestos, ni siquiera será algo distinto o genial, anómalo o fuera de la ley: lea la nota si quiere enterarse Algún día, alguien producirá una revolución en Santiago. No usará balas, ni palabras, ni gritos, ni gestos. Ni siquiera hará algo distinto, algo genial, algo anómalo o fuera de la ley. Será mucho más sencillo: empezará a tiempo. Anunciará la presentación de un libro, la salida de un colectivo, una visita, una cena, una fiesta, y, a la hora que dijo que comenzaría, simplemente comenzará. Es posible que, a esa hora, no haya nadie todavía. Este revolucionario deberá tener nervios de acero, porque tal vez hable ante un auditorio vacío, cante para el aire, inicie el viaje solo o sople las velitas sin que nadie le cante el “Feliz cumpleaños”. Pero ese será el punto de partida para que otros hagan lo mismo en una provincia que ha hecho de la informalidad de los horarios una ley sacrosanta. Alguien tendrá el coraje de empezar. En el anuncio an...

FENÓMENOS Por qué pelean los gigantes del cielo

Como su figura lo indica: coyuyo “El día que eligen los que salen de picnic los fines de semana, si es soleado es también una bendición de Dios” La lluvia es una pelea entre los gigantes de que habitan el cielo; se cascotean con hielo, se enojan, se insultan a los gritos y echan llamaradas para castigarse mutuamente. Cuando luchan hacia el sur son bravos, si la agarrada es en para el lado del norte, peor. Se tiran con todo y desatan un viento que arrasa la vida. El vendaval es una víbora que pasa apurada por entre los barrios de los pueblos tumbando árboles, tirando abajo techos, levantando tinglados, retorciendo fierros, agitando papeles en un remolino de furia. Al temporal lo pintan fiero, pero es la sumisa garúa de varios días: los gigantes discuten amables sobre asuntos quizás sin importancia, las banalidades de la vida quizás. Suele llegar de marzo a mayo, manso, sereno, se instala un día, sigue al siguiente y al otro y al otro, hasta que una noche cualquiera se manda a mudar deja...