Un orden heredado Aunque creas haber roto con todo, tus ideas, tus leyes y hasta tus puteadas fueron escritas hace mil años por monjes medievales Mal que te pese, te guste o no, tu casa, tu ropa, tus ideas, tu auto, tu televisor y hasta tu forma de disentir hunden sus raíces en lo más luminoso de la Edad Media, en lo más profundo de la cristiandad. No es una cuestión de fe ni de preferencia: es una herencia estructural. El armazón conceptual, ético y lingüístico con que miras, hablas y piensas el mundo fue forjado en ese largo laboratorio histórico, cuando la antigüedad y el cristianismo se fundieron en una misma llama. Y ese fuego, aunque lo ignores, sigue encendido. El espacio físico y el orden social que te rodean son herederos directos de aquellos hombres. La casa moderna, la idea misma de ciudad —la civitas— y la noción de ciudadanía provienen del mundo grecorromano, pero fueron modeladas por el monacato, por el feudo y por siglos de trabajo lento y orgánico. Los municipios, los g...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero