Alpargatas de carpincho “Prefiero tomarme en serio el obsequio, si me la han regalado es mía y haré con ella lo que se me dé la gana” De vez en cuando venía alguno del campo y me informaba de los progresos de una cerdita que me regalaron durante una estadía en esos pagos lindos. Hace un tiempo me topé con un pariente; me avisó que ya estaba preñada. Después de unos cuantos meses un concuñado me anunció que había tenido nueve cerditos sanos, gorditos y parecidos a ella. Pregunté cuántos machitos y cuantas hembritas, pero no supo darme noticias. No importa, ya averiguaré. Alguien me dijo que son obsequios simbólicos, más que nada para que uno no se aleje demasiado de aquellos mistolares sombreados. Y es un valor sobreentendido que no se debe reclamar nada porque a ese animal jamás uno le ha dado de comer ni lo ha atendido ni lo ha buscado cuando se ha perdido ni le ha dado agua ni lo ha curado cuando se enfermó. El regalo de un animalito vivo será una costumbre antigua, me pregunto a vec...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero