Elvio Aroldo Ávila En memoria de un hombre dedicado a la docencia, la política y la familia, con pasión militante y amor por la patria Por Alfredo Peláez Era el terror de la vieja redacción de El Liberal, integrada casi en su mayoría por maestros de escuelas. También había audaces solo con estudios primarios. Elvio Aroldo Ávila, hombre serio, con cara de pocos amigos, se presentaba dos o tres veces a la semana, con unos diarios, una lapicera roja en la mano, y como un maestro de grado en su clase, se paraba en el centro de la redacción y preguntaba: "Quien escribió esto". Identificado el escriba, remataba: "Esta mal...muy mal". Y atacaba los sustantivos, adjetivos, acentos, cacofonía, errores ortográficos. Andá a llevarle la contra. No era empleado. Amigo de la casa que llevaba el magisterio en la sangre. Nació en La Banda, Santiago del Estero, el 3 de octubre de 1923. Se recibió de maestro normal nacional en la escuela normal de profesores “Manuel Belgrano” de la
Cuaderno de notas de Santiago del Estero