Retrato de Dora Maar, Pablo Picasso Una arraigada creencia moderna —en algunos sectores de la sociedad— supone que es verdad que existen los muertos vivos del vudú haitiano: bueno, no es cierto Las películas de cowboys estuvieron de moda muchísimos años, todo un género maravilloso, en general con gente con una puntería envidiable, con la que acertaban a un indio en el centro de la frente, con un rifle y siempre desde un caballo que llevaban a la vareada. Empezaron en el cine en blanco y negro y llegaron con salud hasta bien entrada la década del 70. Eran tan populares esas cintas, que incluso se filmaron en Italia, España y en Santiago del Estero, como que Nano Gigli hizo una de propaganda de Baby King. Pero nunca nadie creyó que, al otro día de ir al Petit, al Renzi, se le aparecería un cowboy en la puerta de la casa. Ni que, de repente, habría indios invadiendo las ciudades. Amigo, ¡era cine! Hubo varias cintas sobre vampiros también, pero a nadie le salió Drácula de atrás de un euca
Cuaderno de notas de Santiago del Estero