La noticia, ayer, en El Liberal Esta crónica intenta explicar cómo se queda en el tiempo un lugar cuando se olvida de que los ingenieros están para solucionar sus problemas La lógica del carrero se impone. Cuando existían los viejos carros tirados por mulas, si el camino estaba en mal estado, y el conductor veía que no podría pasar, pues volcaría o se quedaría atascado, se apeaba, abría un camino por el costado y pasaba. El tipo no tenía palas suficientes ni tiempo ni conocimientos como para arreglar una senda en medio del bosque santiagueño. Le decían “el desecho” y quizás fuera el origen de curvas en caminos importantes en todo el mundo, quién sabe. Desecho, sin hache, es un sustantivo derivado del verbo desechar que significa “residuo o cosa que se descarta después de haber escogido lo mejor y más útil”. Los carreros tenían en esas ocasiones hasta un lenguaje propio. Si el carro se atascaba en algún lugar y debían azotar las mulas para que hicieran su mejor esfuerzo, se decía que ha...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero