Una hora deliciosa, la del brindis findeañero A continuación, breve y leve individualización de los rasgos más salientes de connacionales que saben de asuntos baladíes Una breve reseña del argentino exquisito debería, necesariamente, considerar la razón por la que muchos se detienen a explicar el gusto distinto que tiene una gaseosa según venga en botella de plástico o de vidrio. Es como medio mucho, ¿no? Mejor dicho, viendo la sutileza en el paladar, cabe consignar que esta clase de gente debería haberse dedicado a la alta vitivinicultura, en vez de ser catadora de bebidas hechas para agradar el paladar de los niños. Los viejos recuerdan que, en un pasado no tan lejano, había bares en los que, más que nada para preservar el buen gusto de su clientela, no se vendían bebidas gaseosas. Que, como sus nombres lo indican, llevan inexorablemente al charloteo chabacano sobre política o dinero, a la indebida conversación sobre ovnis, al eructo soez, pedestre y vano. Otra exquisitez con que sue...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero