Sin pena ni gloria El 8 de marzo, que llegó y pasó, ya no hay obligación de recordar a las mujeres, con reflexionar suficiente 1 El otro día ha sido un día de la mujer raro, para lo que suele ser. Para empezar ninguna quería que las saludaran o que se las celebrara. “No hay nada para festejar”, decían. Muchos se alegraron porque así evitaron el regalito, la sonrisa cínica, los plácemes de una fecha medio impuesta, ¿no? 2 Otras dijeron que era un día para reflexionar, meditar o pensar en el papel que cumplen las mujeres en la sociedad actual. Cuando me lo dijeron me quedé mudo un buen rato. Como a la media hora una amiga me preguntó en qué pensaba, le dije: “Pienso en el papel que cumplen las mujeres en la sociedad actual”. Pero se enojó. Palos porque bogas, palos porque no bogas. 3 Lo que sí se debe agradecer es que, por hache o por be, este año no hicieron tanto lío en las calles. No se desnudaron, no quisieron invadir templos, no dejaron muchas consignas pintadas en las paredes, no h...
Cuaderno de notas de Santiago del Estero