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Mostrando las entradas etiquetadas como Luz

CUENTO Mishi mojado

Imagen de ilustración Esa noche no supo que estaba tratando con un tipo que era un cuatro de copas cualquiera Conformate. Es lo que hay. Parecía un mishi mojado. Sus ojos brillaban bajo el aura amarillenta de las luces de la Belgrano. Me pidió fuego. Le dije que fumar era de lo único que me arrepentía en la vida. Había dejado el vicio hacía mucho. Si viviera de nuevo haría todo de la misma manera. De principio a fin. Me mandaría las macanas de la juventud. Todas. Una por una. Menos fumar. Ella dijo “qué discursito”. En su voz había algo que me punzó el corazón. Me picoteó el alma. Ella andaba por la mitad de la tabla. Entre los treinta y los cuarenta. Morocha linda. Yo pasaba los cincuenta. Largos. Un amigo dice que hay una ínfima cantidad de chicas a las que les gustan los hombres mayores. Mucho mayores. Decrépitos. O casi. El asunto es hallarlas. Saber cómo detectarlas. Con dos o tres preguntas te das cuenta. O te miran como tío viejo o te toman como amigo sin complicaciones. El asun

PAGO Llegó la modernidad, carajo

Imagen tomada por el huyamampeño Jorge Llugdar Cuáles fueron las señales que anticiparon el cambio del lugar de la infancia, qué hace ahora la gente en esos pueblos Una de las primeras señales que tuve de que el pago de la infancia había cambiado, fue cuando me di con que habían sacado los palenques para atar los caballos en los almacenes de Balcedo, Ulises y la tía Tutu. Al desmontar me hallé desconcertado, mareado, ¿cómo puede ser?, me preguntaba. Tuve que atar el mancarrón en un poste de luz porque la modernidad llegó con tanta fuerza que —me contaron después— mucha gente se sentía ofendida si hallaba señas de lo que había sido enantes el pueblo. Todavía hoy los viejos se enojan cuando se les recuerda que en aquellos tiempos vivían tras los ancochis en un caserío desperdigado por aquí y por allá, sin calles trazadas y carros tirados por mulas pasando por lo que ahora vendría a ser el centro, a la vuelta de la cosecha de caña de Tucumán. Oiga bien, en un lugar rodeado de un bosque in

INSTITUCIÓN La fila y el corralito

Corralito para las filas Un invento permite que cualquier amontonamiento de gente zigzaguee sin hacer mucho bulto: como un casco, rodilleras y hombreras Uno de los pocos inventos argentinos, además de la gomina y el matambre a la pizza, es la temida picana eléctrica. Funciona dando un pinchazo de electricidad a quien la recibe, provocando un dolor agudísimo, difícil de olvidar. No está claro si primero se la usó para azuzar a las vacas a treparse al camión y de ahí pasó a tener utilidad como tortura a los presos o al revés. De todas maneras, no viene al caso. Lo cierto es que dicen que en la última dictadura fue muy usada para obligar a los presos políticos a hablar, casi siempre para denunciar compañeros. Hay otro invento, que quizás también sea argentino, parece un poco más complicado de fabricar que la picana, pero es igualmente ingenioso. Se trata de una especie de corralito desmontable que usan mayormente los bancos para hacer que la fila zigzaguee sin desordenarse. Es un mástil d

4004 AC ALMANAQUE MUNDIAL Universo

James Ussher El 22 de octubre del 4004 antes de Cristo, fue el inicio del Universo, según el obispo anglicano James Ussher El domingo 22 de octubre del 4004 antes de Cristo, fue el inicio del Universo, según el obispo anglicano James Ussher. Fue tras una serie de cálculos en que sumó las generaciones que aparecen en el libro del Génesis hasta llegar al día exacto en que Dios hizo la luz. }c Nacido el 4 de enero de 1581 en Dublín, Irlanda y muerto el 21 de marzo de 1656 en Reigate, Surrey, Inglaterra, este prelado angloirlandés de la iglesia anglicana fue memorable por su actividad en la política religiosa y por su trabajo sobre textos patrísticos, especialmente la cronología del Antiguo Testamento. Ordenado sacerdote en 1601, Ussher se convirtió en profesor, del 1607 al 1621 y dos veces rector en la universidad donde había recibido su licenciatura, el Trinity College de Dublín. Fue nombrado obispo de Meath en 1621 y arzobispo de Armagh en 1625. Se convirtió en primado de toda Irlanda e

TRADICIONES ¡El rito!, claman los padres

Apocalipsis bíblico Aquello en que se asienta una civilización está terminando de podrirse por dentro, con sus cimientos podridos y sus techos por los que se filtra la lluvia del mundo Creíamos en lo que estaba destinado a que pensáramos, que era, en esencia, lo mismo en lo que habían creído nuestros padres, nuestros abuelos. Nunca dudamos, era eso, sólo eso, nada más que eso. De repente un grupo empezó a pensar y proclamar que las cosas no eran así sino de otra manera. Había otras formas de concebirlo, algunas completamente absurdas para imaginar lo mismo en que habían creído nuestros padres, nuestros abuelos, pero de una manera ligeramente cambiada. Al menos al comienzo. Primero fueron algunas pequeñas maneras de hacer todo (el rito, el rito, ¡el rito!, clamaban los padres), quién se iba a preocupar por eso, pero después hubo otras y luego otras más y al final cuando se metieron con el fondo, las formas eran tan laxas que el fondo no importaba mucho. Además, quién iba a meterse con c

CUENTO Los sábados de Juancho

Sombra de la bicicleta Este cuento se publicó por primera vez en el libro “Platita” Juancho va en bicicleta. Chaveta floja. Asiento viejo. Gorra ladeada. Estampa santiagueña. Aindiados cabellos, duros y negros. Juancho. Juancho. Color sol. Caliente sol. Y silba que te silba por el angosto callejón de la Avellaneda. Embotellamiento y sábado. Fiaca sabatina. Peinado al medio. Flechas nuevas. Sueldo nuevo. Sabor a fiesta. Juancho Vieyra, municipal y ordenanza. Soltero y tristón. Más que eso, tristero y solterón. Curtido. Curtido por el sol, los madrugones de lunes, el mate como plato fuerte a veces, las mujeres y el barrio. El 8 de Abril, por supuesto. Ese ciclista es todo sol, siesta, río, gorrión, Santiago... nada. Es uno más del montón de peloduros con la piel cansada de sudar. Santiagueños. Santiagueño. Uno más. Uno igual. Uno solo. Los sábados de Juancho están llenos de luz. Desde el vino con los changos los viernes a la noche en doña Isa. Hasta el despertador mudo del sábado a la ma

LECTURA Martillo de la civilización

Luminosa Edad Media “En la Edad Media los monjes católicos resguardaron de los bárbaros, no solamente las viejas Biblias sino todos los saberes del mundo antiguo” Entre las muchas maravillas del mundo moderno, figura la de penetrar en los pensamientos de otra gente —viva o muerta— para saber qué opina u opinaba sobre diversos asuntos del ayer, de hoy o de mañana. Algunos en este país, tenemos la suerte, todavía, de abrir un grifo en la cocina, el patio o el baño de la casa, y que salga agua. O apretamos un simple botón y se hace la luz en plena noche. Si no le parece un fenómeno casi mágico, piense en que quizás sus abuelos no disfrutaron de esas caricias de la modernidad y que mucha gente hoy no las tiene instaladas en su casa. Usted dice algo hoy, y existe la posibilidad de que aquello que pensó, perdure durante mucho más tiempo de lo que vivirá. Quizás pasa a tres o cuatro vidas posteriores y también muchas más si es que lo dicho es algo interesante, relevante, bello, útil. Es el po

HUMITO Estrella que brilla en el monte

Foco de los pobres "Lo que se tiene todos los días es invisible, no solamente a los ojos sino también inmune al golpe del corazón" Un mechero es una estrella brillando en medio del monte, foco de los pobres, luz de la humildad compartida con la familia reunida en la cocina. Las instrucciones para usar un mechero, si las hubiere, deberían prevenir que el humito que sale de llama es porque su electricidad, por así llamarla, es gasoil o querosén, nunca nafta, porque entonces pasa a ser una Molotov casera. Y ya se sabe, si tienen una bomba los pobres suelen ser muy peligrosos cuando se deciden. Diríase que algunos construyen su casa a la orilla del bosque santiagueño solamente para instalar un mechero colgado de un clavo cerca del techo de la cocina, iluminando las historias que se cuentan a la noche, a la orilla del fuego, mientras los perros duermen tranquilos entre la gente, el coco canta posado en una planta cercana y el guiso de fideos burbujea su aroma haciéndose desear. L