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Mostrando las entradas etiquetadas como Mesa

CUENTO Mishi mojado

Imagen de ilustración Esa noche no supo que estaba tratando con un tipo que era un cuatro de copas cualquiera Conformate. Es lo que hay. Parecía un mishi mojado. Sus ojos brillaban bajo el aura amarillenta de las luces de la Belgrano. Me pidió fuego. Le dije que fumar era de lo único que me arrepentía en la vida. Había dejado el vicio hacía mucho. Si viviera de nuevo haría todo de la misma manera. De principio a fin. Me mandaría las macanas de la juventud. Todas. Una por una. Menos fumar. Ella dijo “qué discursito”. En su voz había algo que me punzó el corazón. Me picoteó el alma. Ella andaba por la mitad de la tabla. Entre los treinta y los cuarenta. Morocha linda. Yo pasaba los cincuenta. Largos. Un amigo dice que hay una ínfima cantidad de chicas a las que les gustan los hombres mayores. Mucho mayores. Decrépitos. O casi. El asunto es hallarlas. Saber cómo detectarlas. Con dos o tres preguntas te das cuenta. O te miran como tío viejo o te toman como amigo sin complicaciones. El asun

PALABRAS Nunca decir “buen provecho”

Al vino vino y a la copa por el cuerpo Se brindan algunas normas de corrección en la mesa, a fin de pasar veladas agradables en la casa o como invitado Averiguan los lectores sobre el protocolo a la hora de comer en la casa de uno. Aquí van algunas breves y leves instrucciones, para no perderse en un mar de consejos. Se habla aquí de comidas simples, sencillas, de todos los días, no como para recibir al embajador del imperio austrohúngaro sino solamente con usted, su señora y sus hijos compartiendo el almuerzo. A la hora de agradecer a Dios los dones recibidos, no haga una gran pantomima ni anuncie que están por rezar, ore de manera sencilla, con una fórmula corta, persígnese y a otra cosa. Para que le salga natural, por favor practíquelo todos los días y no solamente en las fiestas de guardar o cuando hay invitados. Luego han de evitarse las conversaciones sobre tópicos que, de alguna manera, podrían molestar a uno o varios comensales. Se suele mencionar la política y el fútbol, entre

ORDEN Grandes, chicos y principios

Las gallinas por dormir, imagen tomada por Jorge Emir Llugdar Después de comer, los chicos íbamos a jugar, a bañarnos en la represa, hondear bumbunas, jugar a las escondidas, pero lejos de la casa Cuando llegábamos de visita a una casa, si era cerca del mediodía, siempre nos hacían quedar a comer. En el pago, todavía hoy queda mal que usted esté de visita cerca del mediodía, le pidan pasar a la mesa y diga que no. Cuando íbamos con mi padre a lo de unos parientes, una vez al año, siempre nos convidaban. Cualquier parte era lejos para ir, si usted decía que no, en realidad estaba indicando que prefería volver con hambre antes que almorzar ahí, todo un desprecio. No le voy a decir si está bien o está mal, pero en esas ocasiones comíamos sólo los varones en una mesa, desde chicos de primer grado hasta el viejo la casa. Las mujeres almorzaban allá, en otra parte. El primer plato era una carne asada, generalmente cabrito o costillas de animal vacuno, después venía la sopa bien puchereada, e