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Mostrando las entradas etiquetadas como Mechero

MECHERO Alto del Indio

Mechero en el campo Cosas que pasan cuando el paisano anda lejos de la casa campeando animales perdidos después de una tormenta Divisamos luces a la orilla de aquel salar inmenso. Nos preguntamos la casa de quién sería, Los Nolasco no era, seguro, Zanjones tampoco, la Legua del Sur, menos. Recién anochecía con estrellas vibrantes, la luz de un mechero se veía desde la distancia, calculamos que habría como kilómetro y medio, dos quizás. Apuramos el paso de los montados, seguros de que al rato tendríamos un fuego, mate y quizás un techo para cobijarnos esa noche. Sin embargo, nos preocupaba no saber de quiénes serían esas casas adivinadas en el horizonte. Andábamos perdidos, es cierto, pero nunca un paisano se extravía tanto como para no reconocer un lugar. “¿Y si estamos más lejos de lo que calculamos?”, pregunté. “Capaz nomás”, respondió el amigo. Potrero Largo no era, lo hubiéramos reconocido por el tanque de agua, la casa de los Melián tampoco, no vivían tan cerca del saladillo. Unos

ESTRELLAS Divo de Tío Nico

Tío Nico, sabor santiagueño Breve ensayo para pensar en las fanáticas que se tiran e los pelos y berrean cada vez que sus cantantes favoritos vienen a la Argentina, qué zoncera, carajo A veces pienso en esos divos de la música que cuando van a otro país tienen antojos carísimos como condición previa para cantar: sábanas de hilo, velas aromáticas, agua embotellada de tal marca, topísimas chicas rubias para elegir, comida vegana, tomates cultivados en su salsa, autos de tal marca para que lo lleven hasta el teatro, sushi preparado por cocineros japoneses, televisores inmensos para verse a sí mismos todo el día. Pienso que son cosas que hacen de puro orilleros nomás que son. Si fuera igual de ordinario que esos Luismis o Rickis pediría para bañarme una piscina llena con agua del río Dulce y no extrañar las zambullidas con los changos, que no falte el matecocido ni el chipaco, mecheros a querosén en el camarín y a la noche que pongan grabaciones de cantos de ranas a coro y sapos represeros

HUMITO Estrella que brilla en el monte

Foco de los pobres "Lo que se tiene todos los días es invisible, no solamente a los ojos sino también inmune al golpe del corazón" Un mechero es una estrella brillando en medio del monte, foco de los pobres, luz de la humildad compartida con la familia reunida en la cocina. Las instrucciones para usar un mechero, si las hubiere, deberían prevenir que el humito que sale de llama es porque su electricidad, por así llamarla, es gasoil o querosén, nunca nafta, porque entonces pasa a ser una Molotov casera. Y ya se sabe, si tienen una bomba los pobres suelen ser muy peligrosos cuando se deciden. Diríase que algunos construyen su casa a la orilla del bosque santiagueño solamente para instalar un mechero colgado de un clavo cerca del techo de la cocina, iluminando las historias que se cuentan a la noche, a la orilla del fuego, mientras los perros duermen tranquilos entre la gente, el coco canta posado en una planta cercana y el guiso de fideos burbujea su aroma haciéndose desear. L