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Mostrando las entradas etiquetadas como Hachero

COSTUMBRE El agua se chupa

Imagen de archivo Hay modernos hábitos que son un poco inexplicables, como el de llevar una botella de plástico a todos lados: en dos cuadras a todos les agarra sed El agua es, desde hace varios años, un problema fundamental de la juventud, que no la toma, sino que la chupa. Hasta hace un tiempo, cuando los hijos salían, las madres les preguntaban si llevaban plata, el pañuelo, las llaves. Ahora es fundamental, aunque vayan a volver en una hora, todos andan con su botellita a cuestas. La llevan a la escuela, oiga, con qué necesidad si en casi todas hay caños repletos de agua. Es agua ahora se chupa, no se toma, al parecer está mal visto empinar el codo o levantar el cogote para beberla y por eso todos tienen una botella con sorbete. Grandes y chicos salen a caminar una hora por el parque Aguirre o por la plaza de la vuelta de su casa, y andan con la botellita, como si no pudieran esperar hasta volver a la casa para tomar un vaso. Es una costumbre curiosa, al menos en ciudades como Sant

LEYENDA Esquinero sin historia

Cargando el camión con postes “Después, un viaje en camión rumbo al sur y finalmente fui plantado en medio de esta pampa bárbara, en la esquina de un campo cualquiera, para marcar la última frontera de las vacas” Todos tienen su leyenda, la pequeña hormiga, el chancho del monte, el uturungu, el yuto, el hualo, yo también exijo la mía: soy el fuerte poste esquinero, el que aguanta dos tiradas de alambre, una de cada lado, con cinco hilos pechando al mismo tiempo. Mi trabajo está hecho solamente de paciencia y fuerza bruta. Plantado en el campo bárbaro, con cerca de la mitad de mi cuerpo en la tierra, espero sin ganas, pero con fuerza, un futuro que nunca va a llegar. Fui un quebracho creciendo fuerte, llegué a ser el techo del bosque, florecí a destiempo, para proteger a las demás plantas en su crecimiento natural. Desde mi alta copa vi crecer el resto de un mar verde que se extendía hasta más allá de lo que daba el ojo, oleaje que se agitaba con el viento o temeroso madero mirando nace